El Cristo de Medinaceli

En Él se puede contemplar al Señor maniatado y coronado de espinas tal y como lo presentó Pilato al pueblo y que se ha conocido siempre como el Ecce Homo

El Cristo de Medinaceli, rescatado y Libertador

Redacción Religión

Publicado el

2 min lectura

Las imágenes religiosas siempre supusieron una catequesis para explicar al pueblo, especialmente en otros tiempos, cuando no era fácil acceder a los libros, las Verdades que creemos y profesamos en la Fe. Uno de esos iconos más relevantes en la devoción popular de España es el Cristo de Medinaceli que celebramos hoy, como se hace cada primer viernes de marzo, según es costumbre en la fecha fijada.

En Él se puede contemplar al Señor maniatado y coronado de espinas tal y como lo presentó Pilato al pueblo y que se ha conocido siempre como el Ecce Homo desde las palabras que pronunció el Gobernador para presentar al Nazareno y que se traducen por “He aquí al Hombre”. La historia de Medinaceli comienza en Sevilla en el siglo XVII. La talla que mide 1,73 es de autor desconocido aunque se le atribuye a la escuela del hispalense Juan de Mesa. Por entonces España tiene abundantes posesiones en Ultramar.

Por ejemplo en Marruecos donde la lucha es muy dura. Y hasta allí llevarán los capuchinos la Imagen para proteger a los soldados en el combate. Cuando la Mamora - actual Marruecos- es ocupada, el Cristo corre peligro ya que puede ser destruído. Entonces intervienen los trinitarios con una fuerte suma de dinero para rescatarla del sultán. Así vuelve a la Península en un viaje que le llevará hasta Madrid en 1682.

Los monarcas organizan una gran Procesión para recibirle y dar gracias a Dios por tener al Señor en un sitio donde se le dará el culto debido. Tras pasar por varios cnventos, recala en la Calle Duques de Medinaceli, por lo que se le da este mismo nombre a la talla. Poco después de levantar la Basílica en 1930, suge la persecución religiosa y la Imagen deberá ser sacada una vez más para evitar que pueda ser destruida.

Barcelona o Valencia son los lugares donde se oculta, mostrando una gran devoción las gentes de esas tierras hacia el Señor maniatado. Un culto que salió de nuestras fronteras pasando por Francia y llegando hasta Ginebra. Tras estos y otros contratiempos, la Imagen retorna a su Iglesia para que s ele dé el culto debido. El Papa San Pablo VI le otorga el Título de Baslica Menor de Nuestro Padre Jesús de Medinaceli.

Temas relacionados