Santoral del 21 de marzo: Nicolás de Flüe, agricultor y labrador del Reino

No es fácil vivir la austeridad penitencial porque nadie quiere pasar por restricciones, aunque sus frutos son saludables. Este sábado el Santoral nos presenta a San Nicolás de Flüe, que supo pasar por multitud de estrecheces para salir adelante. Suiza vería nacer a este hombre en 1417, un año en el que se ponía fin al cisma de Occidente, donde había habido varios papas, uno de ellos el verdadero y los otros dos ilegítimos.

La situación vino al elegir Pontífice a Martín V, en el Concilio de Constanza. Hijo de una familia de labradores, las tareas del campo no le apartan a Nicolás de la oración y la práctica del ayuno, algo que vivirá cuatro veces por semana. Fruto de su matrimonio nacen tres hijos, dos de los cuales tendrán grandes puestos en la sociedad. En la segunda mitad de su vida, surgen muchas dificultades y contrariedades.

El santoral de este sábado, 21 de marzo

Dios que siempre escribe recto con renglones torcidos se manifestará en ellos. Tras obtener el permiso de su familia, marcha a un lugar solitario para meditar sobre los misterios de la Pasión y Muerte del Señor. Su fama corre por todos los lugares y el propio Obispo le visita, bendiciéndole su humilde celda, con una ventana cercana a una Iglesia en la que podrá participar y seguir la Santa Misa.

Metido en ayuno rigurosísimo por espacio de dos décadas, rechaza algunos cargos que le proponían a nivel político, porque su vida debía estar imbuída desprendimiento, humildad y sencillez. Pronto le sobreviene una dura enfermedad que asume con paciencia y alegría cristiana. Así le llega el momento de ir a la Casa del Padre en 1497, el que fue un verdadero ejemplo de santidad y pacificación en los ambientes que le tocó estar.