El santoral del 28 de abril: San Luis María Grignión de Montfort, gran devoto de la Virgen

No han faltado Santos que han asegurado que es imposible que se pierda una persona que, después de Dios, pone toda su confianza en la Virgen. Ella como Madre custodia sus pasos por el camino de la paz y de la perfección. Así le pasó al Santo de este día. Porque hoy la Iglesia nos presenta a San Luis María Grignión de Montfort. Nacido en Montfort (Francia) en 1673.

Procedente de familia numerosa, es el mayor de ocho hermanos. Y si por algo se caracteriza es porque desde muy niño tiene gran amor a la Virgen. En el Seminario se le notó esa devoción mariana y, de hecho, Cantó Misa en un Altar de María y la Catedral de Notre Dâme fue su lugar de oración predilecto. De la mano de María su vida se encauzaba por la evangelización de los pueblos, no del Tercer Mundo, pero no solamente de una Parroquia concreta, sino de muchos núcleos.

El santoral del martes, 28 de abril

Era un testigos de la fe que caminaba por donde fuese necesario para hablar de Dios. Gran misionero, por lo tanto, el Papa otorgó a San Luis María el don de predicar donde viese oportuno ya que siempre tocaba y convertía los corazones más endurecidos, y no era preciso ceñirle a una Parroquia o un núcleo concretos, sino que era preciso dejar que el Espíritu Santo le guiase donde viese oportuno.

Fundador de los Padres Montfortianos, los Hermanos de San Gabriel y la Hermanas de la Sabiduría, es también autor del “Tratado de la Verdadera Devoción a la Virgen María”. Se observa que es uno de los compendios más valorados en la vida de Fe y en la espiritualidad mariana de los Santos, junto a “Las Glorias de María” que, algún tiempo atrás, ya habría escrito San Alfonso María de Ligorio. San Luis María Grignión de Montfort muere en abril del año 1716.