San Simplicio
Logra instruir en la Fe a los fieles y se preocupa por la atención a los más pobres y necesitados, al tiempo que se centra en la administración del Sacramento del Bautismo
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Abrazar la Cruz significa ser signo de contradicción como el Señor nos muestra en su itinerario hacia la Pasión. En esta jornada, el Santoral nos acerca a la figura de San Simplicio que vivió también su contradicción cuando tuvo que confirmar en la Fe a los miembros del Pueblo de Dios. Nace en Tívoli, cerca del campo de Roma.
Tras sentir la llamada de Dios a la vocación sacerdotal, se ordena sacerdote, y forma parte del clero romano, accediendo al Papado después de San Hilario el año 467. Su pastoreo le toca en un tiempo donde Italia está asolada por la herejía arriana, además de Las Galias y una parte de España. De esta forma se extendía el postulado de Arrio, Patriarca oriental que negaba que Cristo fuese El Dios hecho Hombre.
El santoral de hoy, martes 2 de marzo
Entretanto en Oriente ha impactado la herejía de Eutiques, llamada nestorianismo, que negaba la unión de la naturaleza divina y humana en la Persona Divina de Cristo. Ante tantos problemas, Dios le concede acierto para luchar en bien de la Barca de Pedro, poniendo las cosas en su sitio. En la Diócesis de Roma se vuelca especialmente sobre los feligreses de tal manera que, a veces, parece como si sólo tuviera esos y no toda la grey del Pueblo Santo de Dios.
Así logra instruir en la Fe a los fieles y se preocupa por la atención a los más pobres y necesitados, al tiempo que se centra en la administración del Sacramento del Bautismo. Por fin construye el primer templo occidental en honor del Apóstol San Andrés y convoca un Concilio para condenar los errores nestorianos, que negaban la Unión Hipostática de Cristo, por la que la Persona Divina del Verbo hecho Hombre, sustenta las dos naturalezas: La Divina y la Humana. Muere en febrero del año 483 y sus reliquias se conservan en Tívoli.