Santos niños Jacinta y Francisco, almas de Dios

Redacción Religión

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El Camino de la Cruz lleva a la Luz porque la Pasión del Señor es Luz Pascual que culmina al alborear del Domingo de Resurrección. Para entenderlo hace falta tener un corazón pequeño Manso y Humilde como Cristo. Este sentimiento lo tuvieron dos almas de Dios que vivieron en la primera mitad del siglo XX. Son Jacinta y Francisco Marto. Estos dos niños eran hermanos y, junto a su prima Lucía, vieron a la Virgen en Cova de Iría.

Jacinta Marto nace en octubre del año 1910 en Ajustrell (Portugal). Era muy viva y de carácter alegre. Desde pequeña sentía necesidad de consolar a Jesús por lo que sufrió en el Calvario. Francisco Marto, nació también en Ajustrell (Portugal). Era un niño muy honesto que no participaba de las intenciones de muchos de sus amigos para divertirse haciendo travesuras. Aunque a veces bromease con su hermana siempre cuidaba de ella.

A medida que fueron pasando los años no querían ir sino con Lucía Dos Santos, que era su prima, porque les hablaba de Jesús. En la primavera de 1916 vieron al Ángel de la Paz de Portugal que les invitó a rezar pidiendo a Dios por los pecadores que no creen en Él, ni le esperan, ni le adoran, ni le aman. En una de las apariciones, el Ängel les dió la Primera Comunión. Esto preparó el camino para que en mayo de 1917 recibiesen la Aparición de la Virgen.

Les pedía rezar por la conversión de los pecadores. Los tres se comprometieron a sacrificarse por la conversión de las almas. Terminadas las Apariciones, fueron a la escuela. Francisco contrajo un episodio de bronco-neumonía que acabó con su vida en el 1919. Jacinta también enfermó y fue hospitalizada en Lisboa hasta que murió también santamente. Fueron beatificados por el Papa San Juan Pablo II y canonizados por Francisco.

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