Santos Proto y Jacinto, ejemplo hasta el martirio

Santos Proto y Jacinto, ejemplo hasta el martirio

Jesús Luis Sacristán

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Seguir a Cristo Camino, Verdad y Vida, tiene un precio de menosprecio y muerte a los ojos del poder mundano. Hoy celebramos a los Santos Proto y Jacinto, que sufrieron al ponerse de parte de la Verdad que es Dios. La vida de estos dos hermanos está relacionada con Santa Eugenia, mujer pagana que se convirtió al cristianismo, tras oír a unos monjes predicar contra la herejía de los ídolos, a los que llamaron falsos y perniciosos dioses.

Junto a ella, se bautizaron Proto y Jacinto que eran en ese momento sus esclavos, por el Obispo Hilario. Así se marcharon a un Monasterio a Egipto, para profundizar en el Amor a Dios desde la contemplación y la experiencia mística. Fue un momento de vivir hasta el extremo el trato de unidad profunda con Cristo. Posteriormente seguirían a Eugenia en su camino a Roma, donde gobernaba el Emperador Juliano, llamado por la historia “el apóstata”.

La denominaron así, ya que renunció al cristianismo –que había profesado desde un primer momento-, para abrazar una religiosidad de idolatría según la antigüedad greco-latina, por entonces agonizante y también decadente. Pero la llegada de los tres conversos, hizo que pronto fuesen descubiertos y conducidos ante el Prefecto, acusados de profesar la Fe Cristiana, perseguida en ese tramo de la historia.

Así se cumple lo que señala Cristo en el Evangelio cuando anima a los discípulos a no preparar la defensa ante el tribunal que les toque comparecer porque será el Espíritu Santo, el que hablará por ellos, en palabras del Evangelio. Mueren decapitados después de ser sometidos a la tortura de la flagelación. El culto a estos mártires se remonta al siglo IV. También el Papa San Dámaso, honrará su Sepulcro con un epitafio que resume su Fe y entrega hasta dar la vida.

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