La Virgen de Fátima, esperanza de conversión

Muchas festividades marianas han logrado acercarse al corazxón de muchas almas que ha tenido una fuerte experiencia de conversión y de Fe. Hoy celebramos a Nuestra Señora de Fátima. En 1917, fecha crucial en la historia de la humanidad, puesto que terminaba la I Guerra Mundial, la Virgen bajaba de los Cielos y se aparecía a tres pastorcillos: Los hermanos Jacinta y Francisco, y su prima Lucía.

Ocho meses atrás, vieron al Ángel de Portugal que les había pedido orar a Dios por la conversión de los pecadores, recibiendo también en una de las apariciones la Primera Comunión. Ya el 13 de mayo del año siguiente, los tres niños vieron a la Madre de Dios cuando pastoreaban los rebaños. Ella les dijo que venía del Cielo. Desde ese día y hasta el mes de octubre, todos los 13 de cada mes, María fue vista por los niños.

En su mensaje la Señora les pidió oraciones por la conversión de los pecadores y la vuelta del mundo al Señor. Sólo en agosto, los pequeños verían a la Virgen el día 19, y no el día 13 como en meses anteriores. El motivo es que el día previsto, las autoridades les impidieron acceder al lugar del encuentro. Durante todo este tiempo, les confió tres secretos, pidiéndoles que, de momento, no los divulgasen. Finalmente, en la aparición de octubre, tuvo lugar ante todos los que se habían acercado a ver a la Virgen el milagro del sol.

Aquí contemplaron también a San José que llevaba en los brazos al Niño Jesús, que bendecía a la humanidad. Jacinta y Francisco muriron pco después, pero Lucía estuvo en las Doroteas de Tuy (Vigo), y después en carmelitas de Coimbra, muriendo en 2005. La Iglesia, aprobó y dio por válidas estas apariciones y, desde entonces el pueblecito de Fátima se ha convertido en un Centro de Peregrinación y Devoción Marianas.