La Virgen de la "O", patrona de las madres embarazadas

Falta una semana para el Nacimiento esperado del Mesías y estos ocho días previos son la médula del Adviento. Ya San Dámaso, San Gregorio de Tours y San Hilario de Poitiers pidieron vivir con una preparación especial con privaciones de comida para festejar la Navidad. Precisamente la Iglesia ha instaurado en esta jornada una festividad mariana que es Nuestra Señora la Virgen de la "O".

La Creación entera, como recuerda la Sagrada Escritura, gime toda ella con dolores de parto porque se va a cumplir lo anunciado por los Profetas. La Virgen de la O es la expectación ante el feliz alumbramiento, ante el parto del Salvador de las Naciones. El anuncio de Isaías en la Profecía del Antiguo Testamento destaca que la Virgen está encinta y dará a luz un hijo y le pondrá por Nombre Emmanuel, que significa” Dios con nosotros”.

Esta historia se remonta al siglo VII y es además en España. El Concilio de Toledo el año 656 instauró que se fijase esta Virgen. No podían estar muy lejos de ello dos obispos devotos de la Virgen y de este Título: San Eugenio y el gran San Ildefonso. La idea era que la Solemnidad de la Encarnación, que se celebra el 25 de marzo, nueve meses antes de Navidad, es una celebración un tanto eclipsada por la Cuaresma que lógicamente tiene prioridad sobre cualquier otra memoria.

Pero ese detalle a San Ildefonso se le hacía muy precario para el sentido del Dios que se hace Hombre, uno de los Misterios más sublimes en la Fe. De ahí la Virgen de la O el 18 de diciembre. La “O” es un título que viene por las antífonas que se recitan cada día de esta semana en las Vísperas (oh Emmanuel, Oh Llave de David, Oh Sabiduría, Oh Cetro de la Casa de Israel…). Nuestra Señora de la O es abogada de las madres que van a dar a luz.