La Inmaculada Concepción

Estamos un día de esos en el que la festividad Mariana está indisolublemente unida al Tiempo de Adviento en el que nos preparamos para la Navidad y la Segunda Venida del Señor al final de los tiempos. Esta Solemnidad de hoy nos deja admiramos ante su Misterio tan sublime: La Inmaculada Concepción de la Virgen María. 

La Sagrada Escritura prefigura este Dogma proclamado por Pío IX en 1854 cuando definió como Verdad de Fe y Revelada que “La Santísima Virgen María fue preservada del pecado original desde el primer instante de su Concepción”. En el Paraíso Yavé establece enemistad entre la serpiente y la Mujer, prefigurando a María Inmaculada que alumbra a Cristo. 

Y el Arcángel San Gabriel saluda a María como llena de Gracia, en el Pasaje de la Anunciación. A lo largo de los siglos los teólogos y Padres de la Iglesia han disertado sobre este Misterio. Duns Scotto, franciscano, fue el que aportó que "Dios pudo y quiso que fuese concebida sin pecado la que iba a engendrarle en el tiempo”. 

La Iglesia Oriental la celebró desde el siglo V el 9 de diciembre. Cuando se extendió a Occidente se pasó al día 8 tal y como ha llegado hasta nuestros días. En España, la Fe siempre sostuvo por Tradición este Misterio y así pidió a la Santa Sede que fuese proclamado. El 8 de diciembre de 1585 los tercios españoles combatieron a las fuerzas flamencas y las vencieron porque el agua del mar se heló, tras invocar a la Inmaculada y aparecerse su Imagen. 

El Papa Pío IX le hizo Patrona de España junto al Apóstol Santiago. De hecho, el pueblo español celebra las Misas del 8 de diciembre con color azul en lugar de blanco por un privilegio especial. Y los Papas desde Pío XII en 1953 van a hacer la Ofrenda ante la Inmaculada en la Plaza de España, en Roma.