
Madrid - Publicado el
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En cada uno de los carismas se muestra la fuerza de la Pascua. Hoy la Iglesia nos presenta San Ángel de Sicilia. Su trayectoria fue fiel al carisma de San Simón Stock, Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz. Natural de Jerusalén el siglo XII -hacia el año 1185-, es hijo de padres conversos que procedían del judaísmo. Esto el abre muchos caminos en la Fe Católica.
De muy joven ingresó en la orden Carmelitana en el Monasterio de Palestina. Por aquel entonces, el Carmelo deja de ser una Orden Contemplativa de Clausura, para ser de vida activa. Con eso quería semejarse a las Órdenes Mendicantes surgidas en aquel momento como son los dominicos y los franciscanos.
Al dejar, por ello, la vida dentro de los muros, Ángel es enviado a Roma para darle un mensaje al Papa Honorio III. El Pontífice aprovecha para encargarle una misión en Sicilia, que será la lucha contra los cátaros, herejes que negaban la cooperación de las obras del hombre para su Salvación.
También vestían de negro como los albigenses y los valdenses. Pensaban también que los pecados mortales era imposible que se le perdonasen al hombre. Al mismo tiempo se oponían a comer carne porque lo consideraban un pecado muy grave.
Estos grupos ya habían causado gran disgusto a la zona sur de Francia donde tuvieron que hacerles frente Santo Domingo de Guzmán. La herejía ve al Santo que llega allí como un enemigo a batir. Por eso San Ángel de Sicilia nada más desembarcar será apuñalado, muriendo mártir. Este martirio tuvo lugar en el año 1225.