Madrid - Publicado el
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Comenzamos la Feria Mayor de Adviento. A partir de este 17 de diciembre, surge el Octavario que prepara especialmente para la venida del Niño Jesús. En la antigüedad cuando el Concilio de Zaragoza en el siglo IV promueve este Tiempo Litúrgico, pide un mayor ayuno, en consonancia con Dios que viene a plantar su Tienda entre los hombres.
Y plantando ese Amor Liberador de Cristo se encuentra San Juan de Mata que conmemoramos hoy. Nace en Francia en los límites con las tierras españolas en el año 1160. Hombre de estudios profundizó hasta llegar a alcanzar el bachillerato. Pero también tenía sus distracciones de sano esparcimiento. Es el caso de la natación y la equitación.
Pero también tenía una gran vida interior. Oraba muchos ratos y ayudaba a los necesitados. Cuando buscaba un encuentro más especial con Dios siempre se retiraba a una Ermita cuyo silencio le cautivó. Termina los estudios de Doctorado en París. Después se ordena sacerdote. Un día en Misa tiene una visión.
En ella Dios le hace ver a un grupo numerosos de cristianos apresados por los moros y de los que nadie se acuerda. Queriendo descubrir el sentido de la visión, consulta a su amigo también Santo Félix de Valois. Para llevar a cabo lo que la Providencia les pide, fundan los Trinitarios dedicados a rescatar cautivos.
Tras obtener la autorización del Papa y el beneplácito del rey francés ponen en práctica su carisma en tierras de África, liberando a cientos de presos. No faltaron los problemas de los propios captores que le intentaron boicotear sus proyectos de liberación. Sin embargo el Señor puso su Mano. San Juan de Mata pasa sus últimos años predicando en Roma donde morirá santamente el año 1213.