Madrid - Publicado el - Actualizado
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Descubrir al Dios Misericordioso es sentir que nos busca en todo momentos para que alcancemos el Camino de la Salvación. Hoy celebramos a Santa Faustina Kowalska que propagó esta Devoción. Su nacimiento se sitúa en la Polonia del Papa San Juan Pablo II y del mártir Maximiliano María Kolbe. Concretamente nace en el año 1905, en el pequeño pueblecito de Glogowiec. Su nombre de pila será Elena.
El hogar es sencillo y muy humilde, porque sus padres son unos campesinos que viven de las tareas del campo y muy fervientes cristianos. Son agradecidos con los dones que la Providencia les da. Eso mismo se lo inculcan a su hija en el hogar, haciendo de ella una gran cristiana. Su experiencia de Fe le conduce a sentir desde muy pequeña que su meta para llegar a Dios es la consagración.
No obstante, a pesar de ser creyentes no vieron con buenos ojos la decisión de su hija, porque era demasiado joven. Como la situación era muy pobre en su casa, no tiene más remedio que abandonar el colegio y ponerse a servir en algunas familias con la intención de obtener algún dinero que llevar a sus padres.
Por fin, se le aparece el Señor con 20 años y le pide que se consagre. Ella ingresa en el Monasterio de la Beata Virgen María de la Misericordia. Aquí se pone el nombre de María Faustina. Estando en el Convento tiene varias apariciones del Señor. En ellas, Jesús tiene una Mano extendida y la Otra señalando a su Costado.
De ahí brotaba un Rayo de color rojizo y otro más pálido, pidiéndole que difunda por todo el mundo el Misterio de la Divina Misericordia. En el Convento trabaja también en todo lo que le piden hasta su muerte. Santa Faustina Kowalska entrega su alma a Dios en 1938 en Cracovia por la tuberculosis.