SANTORAL

Santa Isabel de Hungría

Comentado por Jesús Luis Sacristán

Jesús Luis Sacristán

Madrid - Publicado el

2 min lectura

Dios se recrea en las almas sencillas y pequeñas. Las que no tiene miedo a los signos que preceden a su Venida porque siempre se encuentran preparadas. Viven cada acontecimiento con la naturalidad de la Fe. Precisamente, en este Domingo del Tiempo Ordinario, la Iglesia nos presenta a la reina Santa Isabel de Hungría. 

Una mujer fuerte porque su pequeñez acoge a Dios y de Él recibe fortaleza. Nacida en 1207, es hija de Andrés de Hungría. Con tan sólo 15 años se desposó con Luis VI, de cuyo matrimonio nacieron tres hijos. En un gesto supremo de Fe, pensaba que si a su esposo tenía gran amor, cuánto más había de amar a Dios. 

Por su parte, Luis VI asumía de buen grado esta Fe y la caridad de su esposa, no aceptando que nadie criticase su generosidad con los necesitados. A la muerte del esposo en una de las Cruzadas, ella prefirió no volver a contraer matrimonio y dedicarse por completo a la formación de sus hijos y los más pobres. 

Desterrada del castillo por el rey, se puso en las manos de la Providencia quien le consiguió ser admitida por sus familiares en sus casas, y hasta el propio regente de Hungría le devolvió sus antiguas posesiones. Sin embargo, un Viernes Santo, optó por consagrarse a Dios, a ejemplo de San Francisco de Asís, despojándose de sus vestidos de nobleza y vistiendo un sayal de penitencia. 

Tras entrar como Terciaria Franciscana, fue ella personalmente a asistir a los enfermos del hospital que había fundado. Muchos son los favores recibidos por la gente en vida de esta mujer que recordó siempre en vida las palabras de cristo en el Evangelio: “Lo que hicisteis a uno de estos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis”. Santa Isabel de Hungría muere con tan sólo 24 años, en 1231.

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