SANTORAL

Santa Úrsula

Comentado por Jesús Luis Sacristán

Jesús Luis Sacristán

Madrid - Publicado el

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La Fortaleza de Dios siempre está presente en sus hijos hasta el final. Hoy nos acercamos hasta la figura de Santa Úrsula y sus compañeras mártires. Fueron siempre un claro ejemplo de que la Fuerza de Dios les acompañaba hasta el martirio. Su vida discurre en torno al siglo IV, cuando su padre, el rey de Bretaña, promete a su hija en matrimonio a un alto noble del país. 

Al ver que su prometido era pagano y ella cristiana, solicitó a su padre permiso para peregrinar a Roma antes de los desposorios, en un espacio de tres años. Con ella fueron otras diez compañeras más quienes, al regresar de la Ciudad Eterna, entraron en Colonia, donde cayeron en poder de los bárbaros. 

Cuando ellas alegan su condición de cristianas, son condenadas a morir, sufriendo multitud de suplicios a causa de su Fe en Cristo Jesús. Así pueden decir junto con San Pablo: “Este tesoro lo llevamos en vasijas de barro. Nos derriban por todos los lados, pero no nos aplastan, nos agobian, pero no nos rematan porque en todo hemos vencido fácilmente por aquel que nos ha amado”. 

El culto a estas mártires fue proliferando, sobre todo, en aquellos tiempos, extendiéndose en los siglos venideros. De esta forma, sus reliquias se dispersaron por los Países Bajos. Dado que el protestantismo, había prendido en aquellas zonas, y rechazaba el culto a los Santos, algunas de estas reliquias fueron destruidas. 

Al ser pertenencia de la Corona Española, Felipe II, hizo que fuesen traídas al monasterio de El Escorial, para que se les diese el culto debido. Don Luis de Peñaranda era noble de la Corte y había nacido en el pueblecito soriano de Retortillo de Soria. Por sus servicios, el monarca le donó para sus Parroquias algunos relicarios.

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