Madrid - Publicado el
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La Fortaleza de Dios ayuda a superar las dificultades, aunque lleven al propio martirio. Hoy es la festividad de los Santos Emeterio y Celedonio. Siempre tuvieron que soportar persecuciones hasta llegar a dar la vida. Muchos relacionan su nacimiento en Calahorra donde también fueron martirizados, y otros les sitúan en León.
Precisamente en la Iglesia del Salvador de Calahorra, se conservan las actas del hecho martirial. La historia les sitúa en el siglo III. La prueba que sufren estos dos militares, después de ser reconocidos sus méritos, es la de servir a los dioses romanos o seguir en la Fe del Señor Jesús. Cuando optan por esta segunda idea, son encarcelados con el fin de que reflexionen y cambien de parecer.
Pero reafirmados en el seguimiento de Cristo, dejarán claro que, tal y como el Maestro habla en el Evangelio, “Hay que dar al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios”. Y en clara alusión a esto, aseguran que, desde su servicio como militares de Roma, ya han dado lo que era propio del Emperador. Así son condenados a muerte, fijando como lugar de la ejecución el río Cidacos.
Era el año 298. La Providencia se servirá de sus dotes de recios soldados, para hacerles fuertes en el combate. Los presente fueron testigos de cómo sus almas subieron al Cielo y muy pronto los calagurritanos dieron culto, a los Santos Emeterio y Celedonio, sus Patronos y protectores.
La tradición cuenta, de igual modo, que sus cabezas llegaron hasta Cantabria donde fueron custodiadas por unos monjes que las acogieron. Por este motivo también son Patronos de la Ciudad de Santander y toda la Diócesis.