La Ascensión del Señor: Consumación de la Gloria

Dios siempre muestra el culmen en cada una de las acciones que da a los cristianos. Hoy, VII Domingo de Pascua, celebramos La Ascensión del Señor, festividad que marca un punto importante en este peregrinar por el Tiempo Glorioso de Pascua. Cuarenta días después de resucitar de entre los muertos, tal y como cuenta el Evangelio y profesamos en el Credo que Cristo ascendió a los Cielos y se sentó a la derecha del Padre.

Allí aboga por nosotros porque ha entrado de una vez para siempre en el Atrio de Dios, xomo señala la Carta a los Hebreos. “Y llevándolos al Monte de los Olivos, les mandó ir a predicar la Buena Nueva a todas las criaturas. Quien crea y se bautice se salvará. El que se resista a creer será condenado. Y mientras les bendecía le vieron subir a lo Alto hasta que una nube se lo quitó de la vista”. Así se sienta la Derecha del Padre.

Ya dice San Pablo en sus Cartas que “Cristo tiene que reinar hasta que haga de sus enemigos estrado de sus pies. El último enemigo aniquilado será la muerte”. “Sabed que Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”. También recuerda el Libro de los Hechos de los Apóstoles: “Entonces aparecieron dos Ángeles que les dijeron: Galileos, ¿Qué hacéis ahí plantados? El mismo Señor Jesús que habéis visto subir volverá de nuevo en la Majestad de su gloria al fin de los tiempos”.

Ya en el siglo II se celebra la Resurrección y en el siglo IV se fija Pentecostés a los 50 días. Siguiendo la tradición en la Iglesia de Jerusalén 40 días de resucitar y diez antes de la Venida del Espíritu Santo se fija la Ascensión del Señor. En los años 70 del siglo XX se trasladó al Domingo antes de Pentecostés, el mismo año que San Pedro y San Pablo dejaron de ser Fiesta de Precepto. Coincidiendo con esta Fiesta se celebra la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales.