Nuestra Señora de Lourdes, Esperanza en la enfermedad

Existen muchas ocasiones en las que se invoca más especialmente a La Virgen como Salud de los enfermos. Hoy, es uno de esos días, porque en este Domingo VI del Terimpo Ordinario, recordamos a Nuestra Señora, la Virgen de Lourdes. Fue el 11 de febrero del año 1858, cuando la Reina del Cielo se apareció en un pequeño pueblecito francés –Lourdes- a una niña llamada Bernardette Subirous, que con el tiempo alcanzó la santidad.

La propia joven, escribió más tarde en una carta cómo un día iba con otras dos niñas a recoger leña a la orilla del río Gave. Entonces oyó un ruido y al volver la mirada vio a una Señora vestida de blanco, con un cinturón azul celeste, y dos rosas amarillas encima de cada uno de los pies. Después de hacer la señal de la Cruz, ella empezó a rezar el Rosario, mientras la Virgen desgranaba las cuentas, desapareciendo después.

Tras varias apariciones, pidió a Bernardette que le construyeran allí una Capilla, surgiendo también un manantial cuando excavó la niña por orden de la Señora. Varias veces le preguntó quién era, hasta que un día le dijo: “Yo soy la Inmaculada Concepción”. Desde entonces Lourdes se ha convertido en uno de los centros marianos más importantes de peregrinación donde acuden muchos enfermos que, sanan de sus dolencias.

En este 2024 se cumplen más de 160 años de estas apariciones, donde el Señor, por mediación de su Madre, quiere poner de relieve su cercanía a los más enfermos y necesitados. Muchas son las curaciones y beneficios concedidos por intercesión de la Madre de Dios en este Lugar. De todos ellos se han aprobado como auténticas 67 curaciones milagrosas. Por eso también, coincidiendo con este festividad se celebra las Jornada Mundial del Enfermo, que alcanzará su culmen en la Pascua del Enfermo el VI Domingo del Tiempo Pascual.