Sábado Santo: En vigilia con la Madre

Cada momento en la Historia de la Salvación cuenta para acercarnos más profundamente al Misterio. Hoy es Sábado Santo, jornada de recogimiento y vela a la espera de la Vigilia Pascual en unión con la Virgen María. Es el día de la Madre y de aquí todos los sábados se dedican a Ella. El motivo es que cuando la Comunidad Apostólica estaba hundida por la condenación y Muerte del Maestro, La Virgen mantuvo firme la Fe en que el Señor ya había anunciado su Pasión, Muerte y Resurrección, siguiendo las Profecías Veterotestamentarias.

Eso sirvió para ser luz ante unos hombres abatidos después de haber abandonado al Señor en Getsemaní. Volviendo los ojos al Misterio Salvador con María nos adentramos en el descenso de Cristo al lugar de los muertos y a los Infiernos. Este Artículo de Fe lo profesamos en el Credo cuando lo decimos de esta forma literal. Los Padres de la Iglesia recuerdan que Cristo al morir experimenta la separación del alma y el cuerpo, mas no la corrupción en el Sepulcro.

Precisamente San Pedro en los Hechos de los Apóstoles evoca el Salmo “no dejarás a tu fiel conocer la corrupción”. San Agustín y San Gregorio magno distinguen entre el Infierno de los condenados y el Seno de Abrahán. El primero es donde van los que han muerto en pecado mortal y voluntariamente se han alejado de Dios para siempre. El segundo -también llamado Limbo de los justos- es el lugar donde iban todos los personajes buenos del Antiguo testamento ya que el Cielo estaba cerrado hasta la Redención consumada por el Mesías.

Entonces Cristo desciende al infierno a encadenar de una vez por todas al príncipe de las tinieblas porque le ha vencido. Va también al Seno de Abrahán par sacar de allí a esos Patriarcas y Profetas de la Antigua Aleianza para llevarles al Paraíso, cerrando para siempre ese lugar. Antiguamente se llamaba “Sábado de Gloria” porque la Vigilia de Pascua se hacía por la mañana. Desde la Reforma Conciliar en 1963 se quitó esto y hasta la medianoche o la puesta del sol se vela el Sepulcro a la espera de la Feliz Noticia.