San Alberto Magno, fiel servidor de la Sabiduría
Madrid - Publicado el
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El talento y la sapiencia de muchos Santos les hace reconocer a Dios como La Fuente de las Sabiduría. Hoy recordamos a San Alberto Magno, cuya inquietud por el saber le llevó a alcanzar el Sumo Bien. Nacido en Suavia en 1206, su padre es oficial de Federico II. Él quiere que su hijo se forme en los conocimientos propios de la época. Con 16 años va a la Universidad de Padua con la intención de ampliar estudios.
Un encuentro con Jordán de Sajonia, primer sucesor de Santo Domingo, le anima a seguir la Orden de Predicadores, ingresando en el Noviciado. Desde el principio muestra un profundo desapego de los bienes terrenales, a lo que se une un hábito de estudio y una tierna devoción a la Virgen. Imbuido en la Teología, Colonia o Ratisbona, serán algunas de las Universidades donde enseñe. Posteriormente marcha al Convento de Santiago en París, donde será Maestro en Teología.
Entre sus alumnos se precia alguien que llegará a ser una antorcha de la fe, en la explicación de los Dogmas, y también Dominico: Tomás de Aquino. A él le llamó el buey mudo diciendo que sus mugidos se sentirían por todo el mundo cuando profundizase en la oración y el estudio. Llamado a defender a las órdenes mendicantes de los ataques que sufren, termina por ser retenido en Roma para que explique Sagrada Escritura a los clérigos de la Curia.
Nombrado Obispo de Ratisbona, pronto renunciará por sentirse llamado a una profundización en la Filosofía y la Teología. Tras realizar varios encargos que le pidió la Santa Sede, toma parte en el II Concilio de Lyón. Por fin retoma su cátedra de Teología en Colonia, siguiendo a su antes discípulo, Tomás de Aquino, hasta el momento de su muerte. El gran San Alberto Magno morirá en el año 1280.