San Camilo de Lelis, siervo de los enfermos
Madrid - Publicado el
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San Pablo siempre recordará que “todo cuanto hagáis sea para Gloria de Dios y bien de vuestra vida”. Así lo entendió San Camilo de Lelis cuya fiesta celebramos hoy. Nacido en la zona italiana de Abruzos en el año 1550, curiosamente su madre que era muy espiritual consiguió que las circunstancias se pusiesen para que naciese en un establo a semejanza del Señor. La Providencia hizo su parte para que así fuese.
Al quedar huérfano de ella estuvo con su padre hasta la muerte. Uno de sus problemas era el juego hasta convertirlo en vicio y adcción. Su noble ideal era servir desde la milicia por lo que se alistó en el ejército venciano, hasta que es herido en la pierna y reflexiona. La lesión le dejó seculas ya para siempre. La estancia en el hospital de San Giacomo fue su primer punto de interiorización. No obstante siguió cerrado a Dios.
Tendría que pasar un tiempo. Entretanto volvió a filas y sufrió nuevo fracasos, retornando como servidor de la clínica donde había estado. Tocado por las predicaciones del capellán experimentó -como el hijo Pródigo- a Dios que se acercaba a su corazón consiguiendo su conversión. Desde ese momento se agarró a la oportunidad que le daba el Cielo. Ahora tenía que encontrar el puesto que el Espíritu le asignaba.
Estuvo en los capuchinos pero no logró emitir los votos a causa de la lesión. De nuevo en San Giacomo le nombran superintendente. Ordenado sacerdote gracias a la guía espiritual de San Felipe Neri, funda los Camilos, también llamados “siervos de los enfermos”. Todo esto lo hace al ver la ingente masa de peregrinos que llegaban a la Ciudad Eterna, a quienes los hospitales no estaban capacitados para atender a los enfermos. San Camilo de Lelis muere en el año 1614.