San Evaristo, impulsor de la Fe
Madrid - Publicado el
2 min lectura
Dios siempre escoge a sus servidores desde lo más insospecahdo del mundo. Incluso encauzando su vida para que sean sus más fieles seguidores desde la Buena Nueva. Hoy conmemoramos al Papa San Evaristo que se acercó a Dios después de haberle buscado por otros caminos sin encontrarle. Su nacimiento se sitúa en torno al año 60 en el seno de una familia judía asentada en tierras griegas.
Esto hizo que recibiese una educación netamente judía, cursando estudios en ámbitos helenísticos. Sin embargo, un día siente cómo el Señor toca su corazón convirtiéndose de lleno. Ordenado sacerdote, ejerce un Ministerio que le da gran fama de santidad en Roma, debido a su manera de vivir la caridad y el cuidado de las almas que le han sido encomendadas. Esta labor da frutos de incremento de cristianos y un fortalecimiento en las comunidades ya existentes.
Se puede decir que toda su sapiencia en la Sagrada Escritura y en la predicación es un todo armónico con la sencillez que desborda. Muerto el Papa Anacleto, la Providencia designa a Evaristo como Pontífice, algo que asumirá desde la obediencia, ya que no se ve digno de tan gran misión. Su humildad le hace renunciar en un principio y luego con sencillez sigue la senda que el Cielo le ha trazado.
Entre las normas que aprueba, se encuentran las que afectan a la consagración y el trabajo pastoral de los Obispos y Diáconos. Asimismo ordena la celebración pública de los matrimonios. No faltan momentos de lucha ante las herejías que azotan a la Nave de Pedro. Es el caso de los gnósticos de Marción que defendían un dios bueno y otro dios malo. También se ocupa de una mayor atención a los fieles. El Papa San Evaristo muere mártir durante la persecución del Emperador Trajano.