San Gregorio de Narek, Doctor de la Iglesia

La Cruz es la Señal del cristiano. Es inevitable que, a lo largo de la vida, cualquiera sufra contratiempos y dificultades desde su Fe. Esto le sucedió a San Gregorio de Narek, cuya memoria hacemos hoy. Su vida se desarrolla en Armenia, en el siglo X la mayor parte, y algo del siglo XI. Las dificultades presentan un país dividido entre el norte y el sur. En esta última zona es donde nace, entre los años 945 y 951.

Este territorio era sumamente rico en los social, cultural y económico. Pero en su casa afloran las dificultades porque muere la madre y su padre, pone a su hijo al cuidado de un monje, superior del Monasterio de Narek. De la misma forma que hablamos de Monte Cassino donde San Benito establece el Monacato, en Narek se encuentran 935 monjes seguidores de la regla de San Basilio y que, probablemente, han sido expulsados de Capadocia por los bizantinos.

Allí había una buena base espiritual, además de formación científica, teológica y filosófica de la que se imbuirá San Gregorio. De hecho hablamos de uno de los lugares más relevantes en el ámbito armenio y en todo Oriente. Formado dentro de esos muros conventuales, fue ordenado sacerdote. En ese ambiente se favorece la espiritualidad ante Dios rehuyendo y censurando muchas de las formas de proceder de la Comunidad armenia.

Fruto de esta prepración prepara el Libro de las Lamentaciones, una de las mejores obras medievales armenias. No faltaron tampoco las malas interpretaciones de su recta conducta. Él siempre se mantuvo fiel a la Fe que definió al Iglesia en los Concilios como fue el de Calcedonia y el II de Constatinopla. En ellos se definió la Unión Hipostática por la que Cristo es Persona Divina que sutenta dos naturalezas: la Divina y la Humana. Gregorio de Narek muere entre el 2003 y el 2010.