SANTORAL 2 ENERO

Se retiraron para ser ermitaños, pero acabaron siendo Obispos...y santos

San Gregorio y San Basilio comparten la vocación de vida eremítica, pero sus grandes dones eran para compartirlos como Obispos

San Gregorio y San Basilio dejaron la vida de ermitaño para ser Obispos

Jesús Luis Sacristán

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Los Padres de la Iglesia siempre han profundizado en el Misterio de la Salvación y, dentro de Él, la Venida de Dios en la humildad de nuestra carne a redimirnos. Todo entra dentro de la Redención del género humano y como señala San Pablo, Dios ha dado a cada uno un carisma.

Unos son eruditos estudiosos, otros profetas, otros poseen don de lenguas, pero todos se complementan porque si uno se dedica al estudio para profundizar en los Misterios hondos de Dios, es alguien que también reza o vive la misericordia de Dios con el prójimo. Así pasa en este miércoles, 2 de enero y dentro del Tiempo de Navidad, y en el que celebramos a los Santos Basilio Magno y Gregorio Nacianceno.

Basilio Magno nace en Cesarea de Capadocio el año 330. Su familia, de probadas virtudes cristianas, influye en la educación de este hombre también virtuoso y de gran conocimiento en las letras y arte de su tiempo. A pesar de esto, siguió la senda de la vida eremítica, hasta que en el 370, la Providencia Divina le señala para ser Obispo de su ciudad natal.

Como otros tantos pastores de su tiempo, tuvo que condenar los errores creados por la herejía arriana. Aquí vuelve a aflorar su sapiencia al escribir una gran producción teológica, además de grandes reglas monásticas, aún seguidas por muchos Monasterios de Oriente. Gran benefactor de los pobres, y hondamente preocupado por la unidad de la Iglesia, muere el 1 de enero del año 379.

Y en el mismo año que Basilio, nació Gregorio en Nacianzo. Su espíritu de estudio le hizo recorrer diversas ciudades. También imita a su amigo Basilio en la vocación eremítica, para ser ordenado posteriormente, y de forma sucesiva, Presbítero y Obispo. Más adelante, el año 381, es designado Patriarca de Constantinopla, servicio que le reportará muchas dificultades. Por ello, se retira a su tierra, muriendo hacia el año 389.

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