San Isaac y compañeros mártires de Córdoba
Originario de Tábanos en la zona de Córdoba, siguió la estela de la vida entregada a Dios en el Ministerio presbiteral. Fue un ejemplo de lucha por la verdad
Madrid - Publicado el
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Cada uno de los Santos supieron vivir su vida como el Tiempo Ordinario que hemos comenzado: de forma extraordinaria cada una de las situaciones cotidianas. Hoy celebramos a San Isaac y compañeros mártires, que siguieron este itinerario para llegar al martirio desde la situación creada. Originario de Tábanos en la zona de Córdoba, al Sur, este joven sacerdote se dedicó durante mucho tiempo al cuidado administrativo de los bienes del califa Abderramán.
De familia cordobesa ilustre, hábil negociante y buen conocedor del árabe, pronto marchará de Palacio, al comprobar las insolencias de su amo en el trato, algo que no soportaba. Una vez bajo el mecenazgo de San Eulogio, siente indignación por la persecución de los musulmanes a los cristianos. Sintiendo la necesidad de desenmascarar la mentira y dejar clara la verdad, logra burlar al juez, bajo el pretexto de convertirse al Islam.
Después de proclamar que la Fe en Jesucristo, Dios hecho Hombre, el Único que nos puede salvar, es la verdadera, será detenido, considerado infiel y traidor al sentimiento oficial religioso. Al punto fue llevado a juicio, siendo condenado a morir ahorcado, y dos días más tarde, tras ser incinerado, arrojaron sus cenizas al río Guadalquivir. Pero su sacrificio no fue en balde, siendo semilla de nuevos cristianos.
A él se le unieron, sucesivamente, un esclavo del sultán y otros varios monjes que, sin ningún tipo de complejo se reafirmaron en su Fe, a semejanza de Isaac, por lo que también sufrieron el martirio, muriendo decapitados y mostrando gran fortaleza cristiana hasta el final. Algunos de ellos que, anteriormente, habían poseído grandes riquezas y bienes, dejaron todo para vivir en la más absoluta pobreza, como pide el Evangelio, hasta que dieron la vida también por el Reino de los Cielos.