San Rosendo
Importante figura religiosa, impulsó el monacato en el noroeste de la península ibérica gracias a su labor de fundación de monasterios y proselitismo entre la nobleza galaica

San Rosendo, obispo a los pies del Apóstol Santiago
Madrid - Publicado el
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El Papa San Juan XXIII decía que lo fundamental conseguir la paz a toda costa. Hoy celebramos a San Rosendo, incansable pacificador en medio del mundo tan disperso y turbulento ya en aquellos tiempos. Su origen queda entre España y Portugal, en el siglo X, concretamente el año 907. Hijo de Don Gutierre y Doña Idaura, pronto se quedará sin hermanos, lo cual le hará formarse con los monjes. Pronto pasará al Monasterio de Mondoñedo.
Allí recibirá una sólida formación, al tiempo que firmará el diploma a la Iglesia de León al lado de otros nobles, en plena adolescencia. No mucho después, el Espíritu de Dios le encontrará digno de regir la Sede Episcopal de Mondoñedo. Su único objetivo es conseguir la paz y la reconciliación entre todas las personas, intención que presentará diariamente en su constante oración. Pronto levanta un nuevo Convento, Celanova.
Este será foco de atracción para otras comunidades monacales, por su capacidad de oración, contemplación y silencio. A esta misión le llega una nueva misiva del rey Ordoño III que le nombra militar, cargo que se añade a su ministerio episcopal. Después de asegurar la paz y la Fe con estos nuevos cometidos, pronto abandona estas tareas más mundanas para vivir en la más absoluta soledad retirado de los quehaceres temporales.
De esta forma, profundiza en la frase del Evangelio que invita a atesorar tesoros en el Cielo donde no hay polilla ni carcoma que se los coman. Pero no será por mucho tiempo porque se le encomienda una nueva Diócesis: Compostela, que regirá también con acierto, a los pies del Apóstol y Patrón de España. San Rosendo por fin logra retirarse definitivamente al Monasterio de Celanova, que había fundado, y donde morirá el año 977.