El Santo de hoy: San Sebastián, soldado mártir de la fe

La Ley Divina destaca que hay que obeder a Dios antes que a los hombres. Hoy recordamos a San Sebastián que murió por seguir la Normativa del Señor. Su entrada en el ejército romano, no tenía otra finalidad que ayudar a los cristianos perseguidos. Precisamente cuando uno de aquellos seguidores de Jesucristo estaba a punto de ser sacrificado y padecer como el Maestro en la Cruz, el santo le anima ante los lamentos de su familia que le podían llevar a desistir de sus deseos iniciales de morir mártir.

Su cargo de capitán imperial, le hará si cabe mayor defensor de la causa de Cristo. Pero pronto será descubierto y denunciado ante el emperador Maximino quien, tras informarse de la condición cristiana de Sebastián le llama y le pone en una disyuntiva: Si acepta ofrecer un sacrificio a los ídolos será ascendido, mientras que si persiste en su creencia será condenado a muerte como prescribía la ley de Roma.

Cuando él proclama su Fe con toda claridad, declarando que seguirá así hasta el final, es llevado a un árbol donde aparentemente morirá asaeteado por las flechas de sus propios compañeros militares. Una mujer compasiva encuentra, al que daban por muerto, le llevó a su casa y le curó las heridas. Sus compañeros cristianos y otros no creyentes, pero que le estimaban, le instaron a huir de la Capital del Imperio, a lo que él se negó. Para ello, alegaba que un servidor del Evangelio no podía desertar.

Con este impulso del Espíritu se acercó al Emperador. Maximino extrañado de la presencia del capitán romano al que creía ajusticiado, le mandó prender y, esta vez, decretó que fuese azotado hasta morir según la Ley Romana. Pronto levantarían en Roma una Basílica dedicada a él, invocándole como protector de los heridos, de las plagas y de las enfermedades. San Ambrosio pronunció grandes sermones, elogiando la personalidad testimonial del Santo. Es Patrón de los soldados, de los atletas y los arqueros.