San Sotero
Defendió las verdades de Fe, destacando cómo Cristo había concedido a Pedro y sus sucesores el poder de perdonar los pecados, quedando atado en el Cielo lo que atasen en la tierra
Publicado el
1 min lectura
Hay muchas formas de unirse al derramamiento de Sangre de Cristo por nosotros en su Misterio Pascual. Puede ser una situación como como la de los mártires o con un sufrimiento espiritual que, de alguna manera, el dolor causado derrama sangre. Hoy celebramos a San Sotero, cuyos principales datos provienen de los escritos de Eusebio de Cesarea. A él le tocó tanto el sufrimiento espiritual como el físico.
El santoral de hoy, jueves 22 de abril
Pontífice de la Iglesia Universal, rigió la Comunidad Eclesial entre los años 166 y 175, siendo Emperador Marco Aurelio. A pesar de la relativa calma existente, no faltaron momentos de prueba y sufrimiento como la muerte de San Justino, o los mártires de Lyón, entre otros. Pero el principal problema al que hubo de enfrentarse fue el surgimiento de Montano en Turquía, quien predicó la llegada inminente del fin del mundo. Es la herejía denominada Montanismo y que tanto daño hizo en la Iglesia por entonces.
Y como preparación para esto, proclamaba la vida perfecta, la imposibilidad de que la Iglesia pudiese perdonar los pecados graves, además de la prohibición del matrimonio en segundas nupcias. Esta herejía, contó con grandes difusores entre las comunidades cristianas que volvían a estar divididas, por lo que hubo de intervenir el Papa.
Ante tal desviación doctrinal, Sotero, defendió las verdades de Fe, destacando cómo Cristo había concedido a Pedro y sus sucesores el poder de perdonar los pecados, quedando atado en el Cielo lo que atasen en la tierra, condenando, por lo tanto, una doctrina apartada de la ortodoxia. Pero la persecución sigue acechando y Sotero muere mártir después de un Papado en el que, la caridad y la atención a los más pobres, fueron la constante de su Ministerio Apostólico al frente de la Nave de Pedro.