San Teodoro de Heraclea

San Teodoro de Heraclea

Redacción Religión

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Los Santos siempre han estado en al presencia de Dios día y noche, tanto si eran contemplativos, como laicos, o como mártires. Hoy nos encontramos con San Teodoro de Heraclea, que vive entre los siglos III y IV. Su nombre ya hace honor a su condición de Santo, ya que Teodoro significa “adorador de Dios”. Perteneciente a la milicia, es capitán de los soldados cuando gobernaba el emperador Licinio.

Durante toda la vida estuvo entregado a multitud de combates y batallas, pero su disponibilidad y consagración total fue para el Señor. No en vano, libró mayor número de batallas contra el dragón maligno, para poner de manifiesto su completa fidelidad a Cristo. También visitó a todos los soldados para animarles en el combate y estimularles en la tarea de servicio que desempeñaban en bien de Roma.

Siempre era un verdadero heraldo del Evangelio. La ocasión de descubrirle como cristiano se presentó el día en que el soldado pidió al Emperador que le dejase llevarse las estatuas de los dioses a su casa. Como excusa alegó que quería limpiarlas y perfumarlas para que el suave aroma impulsase a los que se acercasen, a ofrecerles sacrificios y ofrendas. Pero tan pronto como estuvo a solas en su casa con aquellas falsas divinidades, las destruyó todas.

Así llegó a eliminar la totalidad de los ídolos romanos. Al enterarse Licinio, supo por información de sus asesores que Teodoro pertenecía a los seguidores de Cristo, grupo considerado como enemigo de los intereses imperiales. Por eso, le hizo detener y juzgar. Tal como prescribía la Ley para los seguidores de Cristo, fue condenado a muerte según la Ley. San Teodoro de Heraclea morirá decapitado en el año 319.

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