Santa Margarita de Hungría, dominica de Cristo Crucificado

Santa Margarita de Hungría, dominica de Cristo Crucificado

Jesús Luis Sacristán

Madrid - Publicado el

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Los Santos siempre buscan la contemplación de Dios que, al cumplirse la plenitud de los tiempos ha enviado a su Hijo nacido de Mujer y bajo la Ley, para rescatar a los que estaban bajo el peso de la Ley. Hoy celebramos a Santa Margarita de Hungría imbuida de este espíritu de oración ante el Señor, la Palabra hecha Carne. Nacida en el año 1272 en la zona húngara es hija del rey Béla IV de Hungría y de María Laskarina, princesa de Nicea.

Su nacimiento se centra en el contexto histórico de la invasión de los tártaros a esa parte. Como su familia quiere una formación para ella basada en la Fe y la vida, será encomendada con tres años, al cuidado de las dominicas de Veszprém. Algún tiempo más tarde su padre edifica un Monasterio también para las dominicas en la cidad de nombre Buda, a orillas del Danubio. Allí sigue y perfecciona su formación que ya habÍa comenzado en el carisma de Santo Domingo de Guzmán.

Decidida a hacerse dominica, hace la profesión solemne. Todo esto le hace tomar conciencia de la misión que el Señor le ha encomendado. En este periodo toma conciencia de la tarea encomendada: orar, reflexionar y estudiar. Para conseguirlo siempre buscó el silencio, la paz, la caridad y un trato muy especial con las hermanaas de Convento. También denuncia las injusticias que se cometen cada día entre los cristianos.

Su vida espiritual se concreta en un amor especial al Espíritu Santo, a Cristo Crucificado, al Santísimo Sacramento y a la Virgen María. Santa Margarita de Hungría muere en el año 1273 cuando no llegaba a 30 años. En este mismo Monasterio recibió cristiana sepultura. Sus reliquias reposaron en la Iglesia de las clarisas de Bratislava hasta su desaparición con la supresión del Monasterio. Siempre permaneció en el recueredo de quienes la conocieron por su vida generosa.

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