Santa María del Carmen: Ternura de amor por los mares de la vida

La Virgen tiene siempre un rostro maternal en la vida de los hombres. Cada título, cada advocación, hace realidad lo que decimos en la Salve cuando la denominamos al Señor "Vida, Esperanza y Dulzura nuestra a la que clamamos los desterrados hijos de Eva". Cada imagen de las que conocemos refleja un poco a la Madre que nos llena del amor a Dios. La advocación de este día no puede ser menos, porque la Virgen del Carmen compagina la ternura maternal con la invitación y penitencia ante las ovejas descarriadas. 

La historia del Carmen no se queda en nuestra época, sino en el Antiguo Testamento. En el Libro de los Reyes capítulo 18 versículos 40-44, Elías se sube al Monte Carmelo en un periodo de sequía. Allí, invita a su criado a salir a mirar el horizonte sobre el mar. Al principio no ve nada, pero después ve una nubecilla como la palma de su mano que sube hacia el cielo. Este es el reflejo de María Inmaculada y, también la prefiguración de la Virgen del Carmen. 

En los orígenes remotos se celebraba el 15 de agosto una festividad en honor de la Virgen del Monte Carmelo. Y el Misal de la Orden Carmelitana en el siglo XIII tenía misa en honor de la Inmaculada Concepción, seis siglos antes de que el Beato Pío IX proclamase este dogma. Pero en el siglo XIV se trasladó al 16 de julio, fecha en la que se evoca que la Virgen se apareció a San Simón Stock para darle el Escapulario. Esta prenda de Salvación hace que quien la lleve dignamente, la Virgen se compromete a ser su refugio en la hora de la muerte para ir al Cielo y, si fuese al Purgatorio, al sábado siguiente le sacaría de él, llevándole a la Casa del Padre.

En el siglo XVII, se convirtió en la Fiesta del Escapulario y en el XVIII se extendió a todo Occidente. La Virgen del Carmen es Patrona de las gentes del Mar y tiene gran devoción en el pueblo fiel. A Ella se le da el Nombre de Estrella del Mar que hace llegar a las gentes a Buen Puerto, Cristo. En el Carmelo han estado Santos de la talla de Juan de la Cruz, Teresa de Jesús, Teresita del Niño Jesús, o Edith Stein.