Santa Teresa de Portugal, de vocación contemplativa

La vida mística siempre ha encontrado grandes hombres y mujeres de la historia que ha elegido ese camino para santificarse. Hoy celebramos a Santa Teresa de Portugal. Lleva el mismo nombre que la Santa castellana y andariega, pero en este caso su trayectoria tuvo lugar en Portugal con otro carisma de diferente espiritualidad. Nacida en Coimbra (Portugal) en el año 1176 era hija de Sancho I de Portugal y la Infanta Dulce de Aragón.

Las otras hermanas de nombre Mafalda y Sancha también alcanzó la Santidad. Nuestra Santa de hoy contrae matrimonio con su primo hermano Alfonso IX de León. Pasado algún tiempo, incluso habiendo tenido hijos, el Papa Celestino III disolvió el matrimonio porque era un parentesco tan próximo que les dio la nulidad. Entonces fue al Monasterio de Lorvao, retornando de tierras leonesas. Allí había frailes.

Ella lo adecentó para quitar aquellos religiosos y poner un Monasterio de Monjas cistercienses siguiendo la observancia de San Roberto de Molesmes y San Bernardo de Claraval. Con el paso del tiempo muere su hermana Sancha, también Santa. Ella llega al Monasterio donde estaba y se la lleva a Lorvao para darle allí cristiana sepultura. Pero su historia no iba a quedar ahí sin más.

Y es que surgieron rencillas en que los hijos de Alfonso IX, con el que había estado casada, luchaban por obtener el trono leonés. Los familiares le pidieron su intervención y resuelve las cosas con gran éxito, restablweciendo la paz. En este momento es cuando ella se hace religiosa cisterciense. Sabiendo que ya sería su morada definitiva hasta llegar al Cielo. Santa Teresa de Portugal muere en el año 1250. Fue sepultada junto a su hermana Sancha. Unos le llaman Beata y otros le dan el título de Santa.