San Juan Leonardi
Su carisma fue el de anunciar con su sabiduría la presencia del Señor entre los hombres
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La Palabra de Dios ha de ser transmitida de generación en generación. Para ello, el Señor cuenta con personas dedicadas al ministerio de la predicación. La Iglesia nos presenta hoy al presbítero San Juan Leonardi, cuyo carisma fue el de anunciar con su sabiduría la presencia del Señor entre los hombres. Nace en Luca, dentro de la Toscana italiana.
Sus primeros pasos se encaminan hacia los estudios de farmacia, profesión que ejerció durante un breve tiempo, puesto que el Señor le marcaría pronto su misión: La vocación al sacerdocio. Secundando esta llamada, encaminó su ministerio de forma especial a los niños, con una atención particular en las catequesis destinadas a ellos. También destacó su gran capacidad de predicador y transmisor del Evangelio a través de sus homilías.
El año 1574, marcaría un hito en su trayectoria, ya que funda la Orden de los Clérigos Regulares de la Madre de Dios, que le aportó no pocas incomprensiones y dificultades. Pero su deseo de extender a Cristo era más fuerte que todas estas dificultades, por lo que logró que se juntasen un grupo de presbítero dispuestos a propagar la Fe. Precisamente, esta iniciativa fue asumida por la Santa Sede, transformándose en la Congregación “Propaganda Fide”.
Si algo tenía en su interior era esa inteligencia que compaginaba las Verdades de Fe con la actividad ministerial de cada jornada. Estas fueron las constantes que le acompañaron hasta septiembre del año 1555 en que muere, siendo canonizado en 1568 siendo considerado todos como un hombre de gran Santidad. Cuando muere en Roma el año 1609, San Juan Leonardi deja tras de sí la restauración de la disciplina en varias Congregaciones.