Santa Teresa Benedicta de la Cruz
De profesora a carmelita y mártir, aprendió a moderar su Fe y a entregarse al martirio siguiendo los parámetros de Santa Teresa
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Lo más importante de los Santo mártires es desafiar la realidad del mundo aunque con ella mueran. Pero, en palabras de Santa Teresa, saben que mueren porque no mueren. Hoy, Domingo XIX del Tiempo Ordinario, celebramos a Santa Teresa Benedicta de la Cruz, cuyo nombre originario es Edith Stein y que aprendió a moderar su Fe ya entregarse al martirio siguiendo los parámetros de la Santa abulense.
Nace en octubre de 1891, el día 12, festividad de la Virgen del Pilar. En un ambiente donde se crían otros seis hermanos más, la familia es practicante de la religión judía. Ella, que por decisión libre se alejó de la práctica religiosa, nunca despreció el judaísmo. Sintiendo una especial atracción por la filosofía en su juventud, desemboca en el pensamiento de Adolf Reinach quien, además de ser discípulo de Husserl, es un cristiano convencido.
El santoral de hoy, domingo 9 de agosto
Al estallar la Primera Guerra Mundial, asiste como enfermera a los que sufren. Después retorna a los estudios doctorándose y haciéndose ayudante del profesor Husserl. Cuando le encomiendan custodiar la herencia filosófica de Reinach, se entrevista con su viuda y el dolor de aquella mujer, le empuja a descubrir la Cruz de Cristo, sintiéndose tocada por el Señor poco después, al leer la Vida de Santa Teresa de Jesús.
Así se bautiza y entrará con su hermana en el Carmelo de Colonia, pasándose a llamar Teresa Benedicta de la Cruz. No obstante muchos ojos observan a dos humildes monjas -ella y su hermana- que, en los intereses reinantes son carne de cañón a exterminar. Y Teresa Benedicta de la Cruz lo presiente. Pronto llegará la Segunda Guerra Mundial y ella informa al Papa del peligro que corre el pueblo hebreo, hasta que es apresada por los nazis, dada su ascendencia judía, muriendo en la cámara de gas en 1942.