El santoral del 28 de junio: San Ireneo de Lyón, "la Gloria de Dios es la vida del hombre"
En el santoral de hoy, domingo 28 de junio, recordamos a San Ireneo de Lyón
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Cada uno de los Santos muestra con sus gestos la fuerza del Misterio Pascual. Si hay persecución más se manifiesta el Misterio Salvador que pasa por la Cruz. Así le sucedió a San Ireneo de Lyón al que celebramos en este XIII Domingo del Tiempo Ordinario. Su nacimiento se sitúa hacia el año 130 y formó parte del grupo de seguidores de San Policarpo, Obispo de Esmirna que, a su vez, fue discípulo del Apóstol San Juan.
Y en esta ciudad se educó hasta que el Prelado le mandó a Las Galias. Una vez allí, y más concretamente en Lyón, se ordena sacerdote en medio de un ambiente de cruel y cruenta persecución a los cristianos. Pronto será enviado como Legado a Roma para suplicar al Papa Eleuterio que trate el tema de los montanistas, herejes que surgieron de la mano de Montano, un hombre de Frigia que se autoproclamó profeta y aseguró que cualquier pecado mortal cometido alejaba de Dios de tal forma que ni el Sacramento de la Reconciliación lo podía perdonar.
El santoral de hoy, domingo 28 de junio
Al mismo tiempo anunciaba como inminente la Segunda Venida de Cristo, de forma apocalíptica. Por entonces Ireneo fue elevado a la Sede Episcopal Lyonesa, en un momento en el que se juntaba también el gnosticismo de Marción, que había impactado en las filas cristianas, señalando que el Dios del Antiguo Testamento es distinto del Dios Neotestamentario, promoviendo también que habría almas destinadas a la condenación, anticipándose a la doctrina de Calvino sobre la predestinación.
También defendía el principio de un Dios bueno y un dios malo. El Obispo de Lyón refutó tal desviación en su famoso Tratado contra los herejes. Muere mártir en torno al año 200, destacando su frase “La gloria de Dios es que el hombre viva”.