Santa Juana de Valois
La Duquesa de Berry, que muere en 1505, va a Bourges donde funda la orden de la Anunciación en honor de la Virgen
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La libertad de los hijos de Dios es la mejor forma de ver cada circunstancia de la vida. De esta forma uno puede ver más presente la Mano Providente de Dios que nunca abandona a sus hijos y que escribe derecho con renglones torcidos. Hoy recordamos, precisamente, a Santa Juana de Francia que vivió esta situación en su existencia.
Hija del monarca francés, es despreciada por su padre porque esperaba un varón y le nació una niña. Su rostro, poco afortunado en la belleza y una ligera cojera que tenía, le hacen ser desterrada del Palacio. La futura residencia de la pequeña, que desde los cinco años no había vuelto a ver a su madre, Carlota de Saboya, fue el Castillo de los Linières. Carlos VIII, el rey, muere repentinamente.
El santoral de hoy, jueves 4 de febrero
Curiosamente, accede al trono el propio Luis de Orleáns, con el que Juana se había desposado y cuya primera medida será la anulación del matrimonio. Allí aprendió a bordar, dentro de una existencia solitaria y monótona, que le tocó vivir. El padre de la pequeña, Luis XI, un hombre tirano y despótico, verá con el paso del tiempo una posible maniobra política: desposar a la joven con Luis de Orleáns. Así aseguraría un futuro prometedor.
Pero los problemas crecen cuando los Orleáns rechazan el proyecto, con lo que el rey coacciona a la familia del futuro yerno, logrando su propósito. Al final se casan por la fuerza en septiembre de 1476, reservándose el padre el derecho de las visitas que pueden hacer tener los esposos. Cuando Luis de Orleáns, va a la cárcel, la esposa pide su liberación ante su hermano y sucesor de su padre en el trono que nunca ha existido. Juana, Duquesa de Berry, va a Bourges donde funda la orden de la Anunciación en honor de la Virgen. Muere en 1505.