San Josafat
Nacido en Vlomir (Volinia), su bautizo tuvo lugar en la iglesia bizantina, separada de Roma. Sin embargo el tiempo se encargaría de que se uniese a la Verdad Plena
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Recuerda Cristo en el Evangelio que si el mundo nos odia, a Él ya le odiaron primero y el discípulo no puede ser menos que el Maestro. Hoy celebramos a San Josafat, que sufrió en primera línea todo esto. Nacido en Vlomir (Volinia), su bautizo tuvo lugar en la iglesia bizantina, separada de Roma. Sin embargo el tiempo se encargaría de que se uniese a la Verdad Plena.
Ello surge en el gran deseo de formación que le lleva a Vilna, donde conoce la Fe católica adhiriéndose a ella. Desde entonces anhelaba que los ortodoxos abrazasen el catolicismo. Para lograrlo, la oración y la penitencia son sus principales armas, ingresando en el Monasterio de San Basilio. Dios siempre escribe recto con renglones torcidos y de este acercamiento a la Iglesia sacaría frutos de unidad. Sintiendo la llamada del Cielo, se ordena sacerdote y ejerce el ministerio por diversos lugares, allí donde el Plan de la Providencia le marca.
El santoral de hoy, jueves 12 de noviembre
Él es un hombre del Espíritu que marcha siempre ligero de equipaje. El Papa Paulo V, le nombra Obispo de Polotsk. En este servicio pondrá todo su celo pastoral en bien de las almas. Pero los enemigos de la unidad, entre los que se encuentra el obispo ortodoxo Melecio, se acercan hasta Roma para contrarrestar la tarea de Josafat.
Tanto crece el odio hacia el Santo, que traman un plan para asesinarle, lográndolo y arrojando su cuerpo al río, con la esperanza de que ya no vuelva a hablarse nunca de San Josafat ni de su labor. Contra todo pronóstico de los paganos, después de cinco días aparece el cadáver, llevándole a la catedral de su Diócesis. Así se logra que su martirio sea semilla de conversión, logrando que Melecio, junto a sus seguidores, abracen el catolicismo y haga profesión de Fe ante el Papa.