San Benito de Palermo
Su ascendencia de padres africanos y esclavos hace que le pongan de sobrenombre el Negro. Sintió en su vida la liberación espiritual y humana del Cielo
Publicado el
2 min lectura
La Muerte y Resurrección del Señor que viviremos en los próximos días, hablan de la liberación que la Providencia nos da al rescatarnos del pecado y la muerte. Hoy celebramos a San Benito de Palermo que sintió en su vida la liberación espiritual y humana del Cielo. Nace en Fratello (Italia) en el año 1524. Su ascendencia de padres africanos y esclavos, hace que le pongan de sobrenombre “el Negro”.
Un ambiente de cautiverio que también vivirá él en su infancia donde será pastor para el amo que, con el tiempo se compadece y le otorgará la libertad. Después de trabajar por su cuenta durante un tiempo, cuando entra en la década de los veinte años, repara en un grupo de eremitas franciscanos que le acercan al carisma de San Francisco para vivir en la más absoluta pobreza pobreza y la mística, propias del "Pobrecillo de Asís".
Sin embargo, aquel grupo se disuelve, pero no el espíritu monacal de Benito que llama a las puertas del Convento de Monte-Pellegrino, a poca distancia de Palermo. Una vez admitido, y dado que no sabe leer ni escribir, encuentra su puesto como hermano lego que se dedica a las tareas culinarias. A pesar de las disciplinas que mandan simplificar lo posible la comida, él tratará de esmerarse en los platos que prepara, aun dentro de la sobriedad.
Así pasará inadvertido hasta que los monjes le eligen abad, porque responde al perfil de la sencillez que se pide. Su aceptación fue más por obediencia que por propio gusto, en un clima donde estableció las normas al más puro estilo franciscano. Pero no estaría así mucho porque después de ser maestro de novicios, volvió a la cocina, viviendo desde este servicio el resto de su vida como un camino de perfección para llegar al Señor. San Benito de Palermo morirá el año 1589.