San Pedro Celestino
Sus restos mortales conservados en la Basílica de Collemaggio en Italia son destino de constantes peregrinaciones
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Hay muchas maneras de anunciar el Evangelio de Cristo siguiendo su mandato antes de subir a los Cielos. Hoy celebramos a San Pedro Celestino, que vivió un anuncio de la Buena Nueva entre la contemplación y el Papado. Nacido en Isernia – Italia - el año 1215, sus padres son de una gran base cristiana, que transmitirán a sus doce hijos al educarles.
En su santidad de vida, oraban al Señor del Cielo pidiendo que uno de los hijos fuese sacerdote, petición que fue escuchada en Pedro, quien, a los 17 años ingresa en los Benedictinos, marchando posteriormente como eremita a los Montes de Castelnegro. Per muchas veces debe abrirse paso entre la maleza, porque allí las multitudes se acercan para escucharle, con lo que debe marchar a otros lugares para recuperar su soledad. Y es que él cada vez más quiere un ritmo contemplativo alejado del mundanal ruido.
El santoral de hoy, miércoles 19 de mayo
Pronto vendrán gentes que le quieren imitar, a los que se les conoce como “Celestinos”, aprobados por Gregorio X en 1274 con dieciséis Conventos fundados. Estando en Monte Murrone, le comunican que en el Cónclave ha sido elegido Papa, algo que él, en un principio, no acepta. Alega diversas razones relacionadas con su vida contemplativa.
Al final le convencen, imponiendo él la condición de vivir en una choza que le construyan en Nápoles, junto a Carlos II. Su pastoreo de la Iglesia, no está exento de dificultades, a las que se une su condición de místico contemplativo que le hace renunciar, situación que le es aceptada y ratificada por su sucesor Bonifacio VIII. El nuevo Pontífice, envía a su antecesor a Monte Fuone, un castillo donde Pedro Celestino, podría orar hasta su muerte ocurrida en 1296, siendo canonizado en 1313.