San León Magno
Papa y Padre de la Iglesia, fue uno de los baluartes de la Fe en los tiempos de la Comunidad Cristiana después de la persecución de los primeros siglos
Madrid - Publicado el
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A lo largo de los Primitivos Tiempos ha habido Santos teólogos e investigadores que han tenido parte en aquilatar la Tradición siendo sus baluartes y difusores. Hoy la Iglesia nos brinda al Papa San León Magno, uno de los baluartes de la Fe en los tiempos de la Comunidad Cristiana después de la persecución de los primeros siglos.
Nacido en la región italiana de Toscana hacia el año 390, era hijo del patricio romano Quintiano y un hombre de una gran trayectoria diplomática. De hecho, ejerciendo este servicio, en tiempos del Emperador Valentiniano sería enviado a Las Galias para resolver el gran conflicto que había. Fue elegido Pastor de la Iglesia Universal el año 440. Si por algo se caracteriza es, por ser uno de los Pontífices más insignes de la antigüedad cristiana.
Precisamente la misión que Dios le encomendó, la desempeñó con gran celo pastoral y apostólico en bien de las almas. Su espíritu sacerdotal se manifiesta cuando hace frente a las dos dificultades presentadas: Una interna, como son las herejías; y otra externa, que es el caso de los bárbaros. Respecto a este último punto, logró que los invasores no destruyesen la Ciudad Eterna, cuando ya estaban a las puertas.
De él se conservan diversos legados, entre los que se encuentran sermones y cartas varias, que constituyen un tesoro y una gran riqueza para la comunidad eclesial. Todos estos gestos le valieron el apelativo de Magno. Muere el año 460. Una de sus frases más famosas, la pronunció durante una homilía en Navidad y decía así: “Reconoce ¡Oh cristiano! tu dignidad. El Hijo de Dios se vino del Cielo por salvar tu alma”. Y es que uno de sus temas de reflexión y oratoria era el Misterio del Dios Hecho Hombre en el Pesebre para salvarnos.