Santos Jacinta y Francisco
Francisco era un niño capaz de ayudar a quien lo necesitaba encantado y Jacinta muy vivaracha para entender desde pequeña que a Cristo en la Cruz le hicieron sufrir mucho
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Una de las cosas en las que más insiste el Señor es en convertirse para vivir la Vida en Plenitud. Así lo ha pedido a los Santos de todos los tiempos. Es el caso de Francisco y Jacinta Martos, que celebramos hoy. Dos años se llevaban ambos hermanos nacidos en un pueblecito pequeño de Portugal. Francisco nació en 1908 y Jacinta en 1910.
No fueron chicos de escuela puesto que en su casa el ganado era el recurso para comer y ellos se dedicaron a pastorear y llevar cada día las reses al campo de Ajustrell, en Fátima. Cosas de la Providencia coincidieron y trabaron especial amistad para ir juntos al ganado con su prima Lucía, mayor que ellos. Francisco era un niño capaz de ayudar a quien lo necesitaba encantado y Jacinta muy vivaracha para entender desde pequeña que a Cristo en la Cruz le hicieron sufrir mucho.
El santoral de hoy, sábado 20 de febrero
Sor Lucía la prima de ellos, cuando estuvo de religiosa en el Convento escribió que sus primos no parecían hermanos entre ellos por las facciones pero sí por su espíritu de sacrificio y lucha. Este terreno les preparó para que en 1916 viesen al Santo Ángel que les enseñó la Invocación ¡Oh Dios mío, yo creo, adoro, espero y os amo. Y os pido perdón por los que no creen, ni adoran, ni esperan, ni os aman!”.
De sus manos recibieron la Sagrada Comunión. Al año siguiente tuvieron las apariciones de la Virgen en Fátima. Tras aceptar ofrecer su vida por la conversión de los pecadores, mueren prematuramente en 1919 y 1920. En 1935 fueron llevados a la Basílica de Fátima. Jacinta estaba incorrupta. En el año 2000 son beatificados por San Juan Pablo II y canonizados por Francisco en el año 2017 coincidiendo con el Centenario de las apariciones de la Virgen en Fátima.