San Severino
Entre tanta ostentación, nuestro Santo vive en la más absoluta pobreza, llevada con humildad y sencillez
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En este Tiempo de Epifanía en que nos encontramos, dentro del Ciclo Litúrgico de Navidad, recordamos aquella frase del Salmo que dice “se postrarán ante ti Señor, todos los reyes de la tierra”. De igual modo, volvemos la mirada a San Pablo quien subraya que también los gentiles son coherederos”. Hoy conmemoramos a San Severino que fue incorporado a la Fe desde zonas fuera del ámbito cristiano.
De origen y familia desconocidos, su primera aparición se sitúa en la provincia romana del Nórico, entre las actuales Baviera y Hungría, en torno al siglo V. Por entonces la invasión bárbara con sus costumbres paganas, se hacía fuerte ante el Imperio Romano cada vez más debilitado. Asia, quiere tomar la sapiencia y la cultura de Europa, igualándose al Viejo Continente.
El santoral de hoy, viernes 8 de enero
Entre tanta ostentación, nuestro Santo vive en la más absoluta pobreza, llevada con humildad y sencillez. Esta situación de entrega y sacrificio se acentúa más en él cuando acechan las guerras y contiendas entre los pueblos. Pero también es firme en sus predicaciones y denuncias de las situaciones creadas. La caída de Roma y sus consecuencias, le sirven para hacer hincapié en el juicio justo de Dios quien señala en la Escritura que “también a los gentiles les llegará su hora”.
Así exhortará a la penitencia y a la conversión a orillas del Danubio. El ejemplo de Nínive le sirve para vestirse de sayal ante la impiedad existente. Los milagros que realiza le aumentan la fama de la que él rehuirá. Su presencia es respetada tanto por los romanos idólatras como por los bárbaros arrianos. Aprovecha la situación creada para fundar monasterios. Morirá en uno de ellos en enero del año 482. La vida de San Severino dejó una huella profunda en la zona del Danubio donde dio testimonio por causa del Evangelio.