Santas Pelagia y Tais
Ejemplos de cambio de vida y reconversión después de alejarse de la fe en Dios
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Lo más admirable de Dios es que en su cuenta hay que ir preferentemente a los enfermos necesitados de conversión antes de los sanos que no necesitan convertirse. Es el caso de las Santas Pelagia y Tais, que hoy celebramos. Respecto a Pelagia, su vida transcurre en la segunda mitad del siglo V. En los inicios se aleja de Dios y lleva una vida hedonista.
En el colmo de la situación, mucha gente del pueblo le daba por perdida, hasta el punto de pensar que sería imposible su vuelta al Señor. Pero como el Profeta Jonás, la Providencia le pone en el camino instrumentos apropiados para encauzarle. Por eso le bastó oír al Obispo Nono en sus predicaciones, para iniciar un proceso de cambio. En ese periodo siente cómo la Gracia le toca hasta sentirse invadida de Ella. Entonces deja todo y sale de su tierra.
Termina sus días el año 468, en el Monte de los Olivos cuando hacía penitencia para expiar sus pecados. Sin duda, la parábola de la oveja perdida y del hijo pródigo, se han hecho realidad en muchas personas a lo largo de la historia, teniendo al final una profunda experiencia de Cristo. En el caso de Tais, su existencia se sitúa antes de Santa Pelagia, dándole una educación eminentemente cristiana. Pero con el paso de los años, las riquezas terrenales y los guiños mundanos, le conducen al camino de la perdición.
Algo así como San Agustín o San Francisco de Asís en su juventud. Al igual que Pelagia, la gente pensaba que era imposible la vuelta a la Fe de una persona así. Sin embargo, un encuentro con Pafnucio que le recordaba en sus tiempos de profunda Fe, le hace reflexionar y caer del caballo como San Pablo, llevando una vida de penitente hasta el momento de su muerte. Santa Tais es Patrona de Alejandría.