Santos Ángeles Custodios, mensajeros y protectores

Dios siempre se mantiene fiel a su Palabra y no quiere que nadie perezca. Celebramos hoy a los Santos Ángeles Custodios, que muestran cómo el Señor siempre está pendiente de nosotros. El nombre proviene del griego y significa “mensajero”. La devoción a los coros angélicos, se remonta a la Sagrada Escritura: “A sus Ángeles ha dado órdenes para que te guarden en tus caminos y tu pie no tropiece en la piedra”.

También Jacob vio en el sueño a los Ángeles del Cielo subir y bajar sobre ella, luchando con uno. Ellos son la luz y protección que Dios nos ha puesto. “Veréis el Cielo abierto y a los Ángeles del Cielo subir y bajar” resalta Cristo. Con este culto a los seres angélicos mostramos la gratitud al Señor que en su Providencia ha dispuesto cuidar de nosotros. Su pureza y transparencia son fiel reflejo de la Luz Divina.

También se refleja en la inocencia de los humildes para no despreciarles porque reflejan el Rostro del Señor. La prontitud con que los Mensajeros cumplen lo que Dios les pide, son un aliciente para estimularnos a los creyentes en la vivencia de la Fe. Ellos son un claro ejemplo de fidelidad y perseverancia, aclamando y alabando al señor día y noche. La antigüedad y los Padres de la Iglesia destacaron su presencia en medio del mundo.

Orígenes destacaba que creíamos por la Fe que Dios nos asiganaba a cada uno un Custodio Divino. San Agustín también destacó el papel de los coros angélicos. San Bernardo también en un a de sus muchas homilías habló de la veneración que debíamos tener con los Protectores Celestiales que la Providencia había puesto a nuestra disposición. Como en el caso de los Arcángeles, en el año 800 empezó a celebrarse y el 1608 se extendió a toda la Iglesia.