Santos Timoteo y Tito
Ambos estarán junto al Apóstol cuando éste sufra su primer cautiverio en prisión
Madrid - Publicado el - Actualizado
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La vida de Fe bien testimoniada deja su impronta en los demás. Hoy celebramos a los Santos Timoteo y Tito, un claro referente de la labor del “Maestro de los Gentiles”. Pablo, a quien ayer recordábamos en su conversión, pasando a ser el Apóstol de los Gentiles, se dedicó todo el tiempo a ser heraldo por Cristo. Muchos fueron los frutos que llevó a cabo en su predicación, entre los que se encuentra la fundación de diversas comunidades cristianas.
Dos de sus discípulos fueron, precisamente, San Timoteo y San Tito. A ellos les encargó presidir como Obispos, dos Iglesias por él fundadas: La de Éfeso y la de Creta, respectivamente. Timoteo era oriundo de Listra. Hijo de padre pagano y madre cristiana, no conoció a Jesucristo hasta el primer viaje apostólico que llevó a cabo el ApóstolSan Pablo. Ahí quedó lleno de Dios su corazón de forma plena.
Por su parte, Tito era uno de los más predilectos del Apóstol, cuyo testimonio le ayudó a descubrir a Cristo. El Apóstol de los Gentiles, le llama “hijo querido en la Fe”, mostrando de esa manera cómo le había ganado él mismo para la causa del Reino de los Cielos. La Sagrada Escritura incluye, dentro del Nuevo Testamento y de las cartas paulinas, dos escritas a Timoteo y una a Tito. En ellas, les invita a ser unos verdaderos maestros que formen más pastores y nuevos fieles.
Precisamente en la Primera Carta a Timoteo, Saulo le exhortará con estas palabras: "Que esa Fe se conserve en ti, ya que desde tu más tierna edad te hicieron leer y meditar las Sagradas Escrituras". Ambos estarán junto al Apóstol cuando éste sufra su primer cautiverio en prisión. Estando en Creta es donde San Pablo entregará a Tito la Carta que recoge el Nuevo Testamento. De Timoteo cuenta la tradición que estuvo presente en el martirio de Saulo.