¿Cuándo debo lavar el coche? Incluso aunque no lo veamos sucio, debemos hacerlo en este intervalo de tiempo

La conservación del vehículo tanto por fuera como por dentro no es solo algo estético, puede afectar a nuestra seguridad

David Nieto Cortés

Publicado el

3 min lectura

      
      
             
      

La compra de un vehículo es algo que requiere de una gran inversión, y por supuesto también de una serie de mantenimientos que siempre llevan asociada la inversión de más capital, por mínima que sea. Estos mantenimientos los asociamos a actos como los cambios de aceite, neumáticos o frenos, pero muchas veces se nos escapa otro, que, aunque pueda parecer únicamente estético, previene de serios daños en la carrocería del vehículo e incluso a su chasis o estructura.

Un acto tan sencillo como lavar el coche con cierta periodicidad, incluso cuando no nos parezca que está sucio, protege a la carrocería y el chasis de diversos factores que pueden ser altamente corrosivos tanto para la propia pintura, que nos puede parecer lo más estético, pero también para los bajos y la estructura del vehículo. El barro, la sal, la gravilla o los excrementos de los pájaros son algunos materiales que pueden dañar nuestro vehículo.

Lavar el coche

Al lavar el coche por fuera, siempre es notorio el cambio aunque no parezca que esté sucio, puesto que aunque sea polvo, puede afectar a los tratamientos que lleva la pintura. Además, la savia de los árboles, que se queda pegada al coche puede resultar difícil de limpiar si se deja parar el tiempo. Otro de los elementos más nocivos para la pintura y el lacado de esta son los excrementos de las aves, que pueden deteriorar seriamente nuestra carrocería incluso con solo unas horas.

El cuidado del vehículo en este aspecto, aunque debe hacerse durante todo el año, ya que el sol también puede deteriorar la pintura, se debe acentuar en invierno. Y es que con la llegada del frío y la aparición del hielo en las carreteras, la sal se convierte en un elemento imprescindible para poder circular, aunque también es altamente corrosiva para el metal del que está fabricado el coche, pudiendo provocar óxido si no se limpian y se eliminan esos restos de sal y otras sustancias.

Con hacer una limpieza periódica cada 15 días y encerarlo cada 6 meses debería de ser suficiente, aunque siempre hay que tener en cuenta otros factores que pueden alterar estos plazos. Obviamente no es lo mismo si el coche se encuentra en la calle o en el garaje y tampoco es lo mismo si puntualmente un día llueve barro o recibimos un regalo de un volador. Además, para lavarlo, siempre en lugares habilitados para ello.

También por dentro

Aunque ver bonito el coche por fuera está bien, lo mismo debería de suceder en el interior. En este caso, los cuidados de limpieza son más sencillos y no requieren de tanta frecuencia, ya que los factores externos antes citados afectan en mucha menor medida en el interior, pero pueden afectar otros como la suciedad de nuestras zapatillas, el polvo o la suciedad que pueda generar una mascota si la tenemos.

      
             
      

Aun así, entre los factores externos, será especialmente el sol el que más puede dañar los plásticos interiores como el salpicadero, o también la propia tapicería. Además, en el caso del uso normal, lo que más desgaste y suciedad acumulará serán los asientos y las alfombrillas. En el caso de estas últimas, se pueden extraer para sacudirlas o incluso lavarlas, y en el caso de la tapicería y asientos, aspirarlos siempre será lo más aconsejable y eficiente.

Limpieza interior coche

En caso de que los asientos sean de piel, limpiarlos y darles su tratamiento correspondiente cada tres meses para minimizar su desgaste y mantener su estado de conservación óptimo.

Vender el coche

Esta sería la última etapa de nuestro coche para nosotros, que por la razón que sea decidamos venderlo. Y es que, según se haya mantenido el coche y tenga mejor aspecto y apariencia será un factor importante a la hora de conseguir venderlo por un precio más alto.

      
             
      

Porque a la hora de vender el coche, debemos venderlo como nos gustaría comprarlo a nosotros, en las mejores condiciones aunque haya que desembolsar un cantidad de dinero más grande. Un vehículo con los mantenimientos al día y con un exterior e interior en buen estado, es decir, unos asientos limpios o una pintura exterior con buena conservación son factores que afectan tanto a la compra como a su precio.