Antonio Jiménez: "No parece muy ético y ejemplar cambiar de equipo en mitad del partido"

El análisis de la actualidad de este miércoles con Antonio Jiménez en TRECE

Antonio Jiménez

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Buenas noches, bienvenidos a 'El Cascabel' en TRECE. A cuatro días para las elecciones, después de los dos debates, los candidatos consumen las últimas 48 horas de campaña con la impresión de que el pescado está vendido. Hayan servido o no para convencer a indecisos y para reforzarse ante los suyos, los candidatos afrontan esta recta final etiquetados por lo que hicieron en ambos platós de televisión.

Esta noche analizaremos precisamente esas etiquetas y comentaremos la forma en que cada uno aprovechó, mejor o peor, su paso por ambos debates tras recordar algunos de los momentos mas interesantes del celebrado anoche. Por lo demás, esta campaña que declina a la espera del decisivo día de las urnas nos deja un caso llamativo: la sorprendente fuga del ex presidente de la comunidad de Madrid, Ángel Garrido, del PP a Ciudadanos.

Garrido ha protagonizado un caso de transfuguismo político singular. No ha dejado un partido para pasarse a otro a cambio de un cargo que seria el caso mas claro y explicito de transfuguismo al uso, pero anunciando su salida del PP para incorporarse a Ciudadanos como candidato a las autonómicas del 26 de mayo por Madrid, a cuatro días de las generales, no ayuda en nada al que hasta hoy era su partido y con el que se había comprometido para concurrir a las europeas  en el puesto cuatro de la candidatura.

No parece muy ético y ejemplar cambiar de equipo en medio del partido tras enfundarte la camiseta para las europeas y jurar que aceptaba ir como candidato en las listas del PP. Garrido ha justificado su paso diciendo que Ciudadanos es el partido que mejor representa los valores del centro liberal, de la moderación, del diálogo y de la concordia.

Si esa conversión la hubiera hecho antes de conocer que no seria el candidato a la presidencia del PP a la comunidad de Madrid, hace semanas, podría resultar creíble. Pero en las actuales circunstancias esa convicción huele a despecho y oportunismo político.