El jesuita Arturo Sosa, en TRECE: "La pandemia tiene que servir para romper con las estructuras injustas"

El Prepósito General de la Compañía de Jesús ha presentado en 'Crónica de Roma' ha presentado su libro 'En camino con Ignacio' con motivo del Año Ignaciano

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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El Prepósito General de la Compañía de Jesús, Arturo Sosa, ha pasado por el programa TRECE en salida/ Crónica de Roma para abordar su recientemente publicado libro ‘En camino con Ignacio’, que ha contado con la colaboración de periodistas como Darío Menor.

En este libro, preparado con motivo del 500 aniversario de la herida que dio lugar a la conversión de San Ignacio de loyola y que abre la celebración del "Año Ignaciano", el lector se va a encontrar las reflexiones del Padre Arturo Sosa sobre el mundo de hoy, la Iglesia y la propia Compañía, junto con algunas sugerencias para la reflexión y la oración personal y comunitaria.

¿Cómo surgió la idea del libro ‘En Camino con Ignacio’?

Nos dimos cuenta del quinto centenario de la herida de San Ignacio, que fue un momento de cambio importante, como el que vive actualmente la Compañía de Jesús. Es ocasión para poner en juego las ideas que han venido surgiendo en los últimos años y la idea de un camino que tenemos que ir descubriendo.

¿Cómo es su relación con el Papa Francisco, el primer Pontífice jesuita?

Nos conocemos personalmente desde hace muchos años. Es una relación jesuítica, porque para la Compañía de Jesús el Papa es la voz a través del cual recibimos la misión por parte de la Iglesia, y hacemos un voto de obediencia al Papa. Es un Papa consciente de esa función que tiene como Sucesor de Pedro de contar con la Compañía de Jesús. Es una relación respetuosa. El Papa no intenta gobernar la compañía de Jesús ni nosotros asesorar al Papa. Estamos a su disposición para ayudar en la misión de la Iglesia.

¿Cuánto tiene de la Compañía de Jesús el Pontificado de Francisco?

Él es Jesuita y se nota en su manera de hablar y en su experiencia espiritual. Pero la Compañía de Jesús es uno de los espacios que contribuyen a la misión. Ponemos lo que podemos, con la consciencia de ser una colaboración pequeña en la misión de la Iglesia.

¿Qué opinión tiene el Papa del libro?

Se puso contento y lo elogió. Darío Menor y yo fuimos a entregárselo. Nos animó a convertirlo en un instrumento. Además de las reflexiones, proponemos en cada capítulo un modo de reflexión grupal de los temas que se tratan. Es un proceso en el que las personas interiorizan un proceso de discernimiento.

Uno de los temas que se aborda es la pandemia. ¿Cómo lo han vivido desde la Compañía de Jesús?

Con profundidad. La pandemia ha sido una ocasión de volver a examinarnos espiritualmente. Yo recibo testimonios de las comunidades jesuitas de aprovechar este tiempo para profundizar en la fe, hacer ejercicios espirituales más tranquilamente. Pero otra dimensión es que se han encontrado modos creativos para seguir adelante con la misión. La pandemia ha sido una ocasión de innovar. Atendimos a 800 mil personas el año pasado y este año a 1,2 millones. Ha sido un año que nos ha dado un palo durísimo, pero nos ha puesto en misión y creatividad. Hemos perdido más de 200 jesuitas por la covid-19 y otros muchos resultaron contagiados.

¿Es una oportunidad?

Es una gran oportunidad, y espero que no sea algo nuestro, sino de la humanidad. A veces oigo que el objetivo es volver al tiempo anterior de la pandemia y no cambiar tantas cosas que han producido las injusticias. Ojalá demos gestos a estas estructuras injustas y hacer llegar, a todos, las vacunas. Si no se inician los cambios que nos muestra la pandemia, será peor. Los efectos no se curarán nunca si no tomamos en cuenta la lección. En el mundo hay relaciones injustas que producen las migraciones, la violencia, la falta de trabajo, la creciente desigualdad. Una de las lecciones que tenemos que aprender es que solo en democracia podemos caminar como mundo. La pandemia ha mostrado la debilidad de las estructuras democráticas en el mundo.

500 años de San Ignacio… ¿qué supone para usted como responsable de la Compañía de Jesús?

Supone tomarnos en serio lo que fue la experiencia de San Ignacio. Nos invita al encuentro con Jesucristo, y es lo que queremos poner en el centro. No es para exaltar la figura de San Ignacio ni a la Compañía de Jesús, sino poner en el centro a Jesús. Cuando nos encontramos con el señor, podemos ver cómo contribuir a los cambios que el mundo necesita. Es una oportunidad. San Ignacio es una fuente de inspiración. Recibimos de él el arranque de la Compañía de Jesús como organización religiosa.

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