Revive el séptimo capítulo de 'Diario de un peregrino': desde Los Arcos a Logroño

En esta séptima etapa, nuestro peregrino camina junto a Cristina López Schlichting para descubrir el verdadero espíritu del Camino, además de llegar a Logroño

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Redacción TRECE

Publicado el - Actualizado

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Javier Escartín se pone al frente de una nueva entrega de ‘Diario de un peregrino’ de TRECE, una serie en la que recorrerá el Camino de Santiago, una experiencia única en la vida. Esta séptima etapa será la última en suelo navarro para adentrarnos en territorio riojano con final en la capital, Logroño, una etapa de casi 28 kilómetros.

Saliendo del pueblo de Los Arcos, se encuentra con la sorpresa de cruzarse con la Cristina López Schlichting de COPE ‘Fin de Semana’ la cual señala que “en el Camino no hay ningún outfit adecuado, cada uno es como es”. Y apunta que “hacer el Camino es una cuenta que tenía pendiente con el apóstol y si cumple con su palabra de atenderme, yo iré haciendo más etapas”. Se encuentran con peregrinos llegados desde Estados Unidos, Álex y Shirley, Alex cuenta que lo hizo hace 5 años quedando fascinado y conociendo gente con la que aún mantiene contacto y que “es una experiencia religiosa, ya que cuando siento dolor en las rodillas siento la fuerza divina” afirma Alex , Shirley que es la primera vez que lo hace afirma que “preserva ese espíritu religioso”. Continuando con su camino Cristina confiesa: “Me siento más cómoda en la radio porque es aunque sea menos pormenorizada o culta que la prensa, tiene poso, pero sobre todo autenticidad, cuando hablo con la gente, me reconocen”. Y reconoce que lo que más le hizo periodista fue "la etapa de reportera con experiencias tremendas como la guerra de Kosovo".

Primera parada, Sansol, un pueblo pequeño de tan solo 97 vecinos, una vez allí Cristina explica que “cuando termine esta etapa espera marchar de vacaciones al Cabo de Gata y después Asturias para disfrutar de los Picos de Europa” mientras que Escartín cuenta que irá a Oliva. Posteriormente Cristina y Javier se despiden. Siguiendo con su andadura, para en el camión de Carlos que da avituallamiento a los peregrinos, pero su especialidad son los pollos asados. “Empecé el año pasado cuando me pilló el covid, que fue un año malo” cuenta.

Una vez llega a territorio riojano, hace parada en Camino de Viana (Logroño) para conocer a Felisa que sella los pasaportes. En la década de los 80 su abuela comenzó a atender a los peregrinos que pasaban por casa, ya que no estaba acondicionado, no tenía albergues. “Había veces que los peregrinos nos contaban cosas tan duras que les costaba contar a la familia” llega a afirmar Felisa.

Ya por fin en la capital de La Rioja, Logroño, le espera Vicente Robredo, administrador diocesano en la Concatedral de Logroño. En su interior, lo primero que se encuentran es con el Señor Resucitado, pero curiosamente en la capilla tienen al apóstol Santiago, e incluso a la Virgen del Pilar. También le muestra un cuadro de Miguel Ángel que refleja a Cristo crucificado acompañado de la Virgen y San Juan. “Hice el Camino una vez junto a cuatro seminaristas una vez, pero peculiarmente andando un trecho y haciendo autostop porque solo teníamos 15 días” recuerda Vicente. Allí tienen la oportunidad de conocer a Federico Nalda, deán de la concatedral, que le explica los aspectos clave para conocer la capilla. Finalmente, se vuelve a encontrar con Cristina en la Plaza del Mercado que confiesa que “ha sido una etapa bonita, pero larga y dura de 27 kilómetros, unas seis horas y media, y he aprendido que el Camino no se puede hacer solo porque cuando queda tanto y vas tan cansado, conocer gente interesante te ayuda a tirar hacia delante y continuar”.

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