Diario de un peregrino: 5ª etapa, Puente de la Reina - Estella
En este capítulo, Escartín visita el pequeño pueblo de Mañeru, conoce peregrinos con auténticas historias de vida como David, y finalmente llega a Estella, un pueblo lleno de joya
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Javier Escartín se pone al frente de una nueva entrega de ‘Diario de un peregrino’ de TRECE, una serie en la que recorrerá el Camino de Santiago, una experiencia única en la vida. Nos despedimos de Puente de la Reina para poner rumbo hacia Estella en esta quinta etapa de casi 22 kilómetros, el tramo discurre por algunos tramos de calzada romana que aún se conservan, añadiendo el perfil ‘rompepiernas’ que le espera a nuestro peregrino.
El peregrino pronto se encuentra con Francisco en su tractor, un ganadero de la zona, que manifiesta que el año pasado fue malo mientras que este año se está recuperando la situación para su sector. Una vez llegado a Mañeru, se encuentra con Castor, un lugareño que comenta que es habitual que los peregrinos se pierdan por los caminos de su zona. También entra a un bar en el que el hostelero comenta la bajada de peregrinos que pasan por el camino francés (el que pasa por Mañeru), exactamente un 80,8 menos de peregrinos afrontan el camino francés.
Siguiendo con el camino se encuentra a David, un peregrino que afronta su segunda tentativa en el Camino de Santiago pero esta vez añadiendo la etapa de Sant Jean hasta Roncesvalles, que en esta ocasión lo hace con un añadido especial ya que quiere hacer homenaje a su madre que sufrió hace dos años un cáncer y ahora a causa de la quimio y los tratamientos tan fuertes ha desarrollado alzheimer, “quiero llegar a Compostela y ponerle esa dedicación a ella” dice. Además hace una llamada Jaume Alemany, que es el capellán de la cárcel de Mallorca que ha perdido la cuenta de cuántas veces ha hecho el Camino con presos que necesitan una segunda oportunidad, “la idea surge de la realidad de la peregrinación penitencial y lo hacemos durante una semana” añadiendo que les cambia la vida porque “es una experiencia inaudita”. También se encuentra a José Luís que espera llegar hasta Burgos y retomar en octubre, tras haber hecho el camino primitivo y el de la costa portuguesa, un peregrino que se considera ‘loco’ que el Camino le hace mantener una conversación interior con él mismo.
Una vez que Escartín llega al pueblo navarro de Estella tiene un encuentro con Maxi Ruiz de la Asociación Camino de Santiago de Estella en la Iglesia del Sepulcro , una iglesia del siglo XIII de estilo gótico. Como curiosidad cuenta que en 1963 hubo gente de Estella que hizo camino hasta Santiago de Compostela en burra para comprobar que el camino estaba en perfectas condiciones, “aquello salió en el NO-DO, todo un hito”. Visitan la Iglesia de San Pedro de la Rúa, la iglesia matriz de estrella, el templo tiene tres naves que albergan diversos tesoros artísticos, entre los que destacan las esculturas de San Andrés y San Pedro; la voluntaria de la iglesia, María Puig destaca la importancia de los voluntarios en el Camino comentando que “el peregrino cuando llega aquí agradece que las iglesias estén abiertas porque casi siempre están cerradas sea o no creyente”. Maxi deja para el final la que considera la joya de la corona de Estella, la Portada Románica de San Miguel, una de las fachadas más ricas del románico español. Escartin llega al Frontón de Lizara (Estella) donde le espera Haritz, jugador de pelota vasca y señala que incluso algunos jugadores de los más ‘top’ pueden vivir de este deporte, y por último Escartín aprende a jugar a la pelota vas de la mano de Haritz.