Vázquez, militar español en la evacuación de Kabul: "Les daba igual a qué avión subirse o a qué país huir"
Alexis Vázquez, cabo primero, miembro de la unidad de paracaidistas del ejército del aire ha relatado en TRECE la dureza de las labores de evacuación en Afganistán
Madrid - Publicado el - Actualizado
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'El Cascabel' de TRECE ha entrevistado al cabo primero Alexis Vázquez, miembro de la unidad de paracaidistas del ejército del aire, que ha participado en las labores de evacuación españolas de Afganistán. El cabo primero ha contado su experiencia en dicha operación, además de comparar su vivencia con la que tuvo años antes, cuando estuvo destinado en el país afgano.
Al comienzo, Sánchez ha recordado el atentado vivido en las inmediaciones del aeropuerto. "Mis compañeros de unidad y yo, los diez días que estuvimos allí tuvimos contacto con los soldados estadounidenses que fallecieron en el atentado de Kabul, en la puerta del aeropuerto. Hubo compañeros del equipo que muy pocos minutos antes de que tuviera lugar el atentado estuvieron en el punto de la explosión, se libraron por poco", relataba explicando la cercanía con la que vivieron la tragedia.
Alexis estuvo en Afganistán en el año 2010, viviendo en el aeropuerto, y ha comparado la realidad actual con la de entonces. "No tienen nada que ver, lo que había en el año 2010 cuando todavía estaba el conflicto y las tropas desplegadas con lo que hemos encontrado ahora, la situación de coas y todo el exterior del aeropuerto controlado por los talibanes", contaba. Lo más destacado era "la desesperación de la gente, eran capaces de cualquier cosa por huir de aquí".
Respecto a las personas que no han podido salir del país en estas tareas de evacuación, Sánchez cuenta que "Afganistán es un país muy grande y España tuvo tropas en muchas regiones, con distancias muy grandes y sin las carreteras que hay en España, éramos conscientes de que había gente que no iba a poder llegar a Kabul". Y recalca: "es el miedo que tienen ellos, y la tristeza que tenemos nosotros porque esa gente queda ahora en manos del Gobierno talibán".
Sobre su misión en 2010 ha explicado que "el trabajo era escoltar al coronel jefe del aeropuerto de Kabul, a pesar de los conflictos era de una relativa calma tensa, puesto que había seguridad adicional. No se parecía en nada a lo que nos hemos encontrado ahora. Había gente haciendo su vida normal, la universidad abierta, las tiendas también, una ciudad muy segura, de los puntos más seguros del país aunque hubiera algún ataque, contaba con muchas tropas internacionales". Sin embargo, "ahora todo lo que estaba fuera del aeropuerto era un caos, incluso el perímetro del aeropuerto era un caos total".
Además ha apuntado que los afganos "tienen claro que van a volver 20 años atrás, las mujeres no van a tener ninguno de los derechos que habían adquirido. El miedo se ve sobre todo en mujeres, niños pequeños y niñas".
Por otra parte, ha contado dos experiencias muy destacadas de las labores de evacuación, vividas con dos madres con niños muy pequeños. "Sacamos a una madre con un niño de 20 días con la cara completamente quemada, al estar en una ciudad de 2.000 metros de altitud y en agosto. Al día siguiente llegó una madre desde otra región, que el día que dio a luz se metió en un vehículo y estuvo 24 horas en las aguas fecales del río al lado del perímetro del aeropuerto esperando poder entrar. Se lo jugó todo por sacarlo y lo consiguió", relataba.
Para concluir, ha incidido en la desesperación de la gente por salir del país. "Desde el perímetro hasta el interior del aeropuerto, había mucha gente intentando entrar, les daba igual a que país ir, a que avión subirse", apuntaba. Además, había tres controles desde que se conseguía acceder al aeropuerto.